sábado, 31 de agosto de 2013

Es una canción para decir adiós

  Bueno, entonces... Si debo hablar a alguien de Sendi Cade, supongo que debo recordar aquellos días lejanos ya, hacia el inicio de mi adolescencia. Fue entonces cuando la conocí. Ella se envolvió firmemente a mi brazo derecho, pasando a formar una parte más de mi vida desde entonces. Sí, creo que este es un buen comienzo.

Humani generis

Escudriñado un nuevo día entre la niebla de verano
avanzaremos, seres repudiados, sobre dos vacíos
Pese a conocerse frágiles, que confíados, altivos
No faltarían motivos, pues grandiosa valía, mira, 
eligen ser irracionales; no quieren quedar solos
Insistentes, tampoco renuncian a ver esta desgracia
Un grito a la escarlata madrugada, torrente, vivo 
nace de vivos ojos. ¡Desgarrador, sospechado fugaz
perpetuo aliento de inefable voluntad humana!
Al final de la gruta, la luz aguarda a este persistente

Libre

¡Que el esplendor humano, es su libre voluntad!
¡Que alas tan puras, con un peso tan maldito!
Puede revolotear cual cobarde polilla
al son de una visión que resulta convencional;
puede quemarse tratando, maravillado,
montar en el áureo carro del dios Apolo.

Creerá, y así cambiará su dimensión y el mundo
Para su convicción calza armadura hermética
acumula victorias, lanza sofismas a quien
portador de horrible alma, osa vagar salvaje
Sólo con otros ojos es por un tiempo libre

Emoción rehuida

Es cuna del resentimiento, excusa non petita de los que destruyen a escondidas
Sus usuarios son, siempre, apaleados perdonadores
Y ellos ven aterrados, plantada en corazones ajenos
la semilla de la libertad que arrancaron de sí mismos
Un igual por temer la soledad, y aún hablan de egoísmo
Engaños, la extinción de verdadero gozo, castigo
La promesa de felicidad; bajeza, thumma, complaciencia.
Tantos bellos mundos, sueños de belleza, que es pretenciosa
mares de almas agonizan, ahogadas sin nunca nadar
voluntades pisoteadas, humilladas por la bondad
pájaros que vuelan directos, ¡sin luchar!, hacia su jaula
¿Cuándo estará satisfecha vuestra humildad?

sábado, 29 de junio de 2013

Finita posibilidad

Rebelado contra lo inevitable,
pediré que se detenga el tiempo,
prometida la estética. ¡Ah, desenfreno!
Yo puedo rechazarlo, detestarlo.
Negaré el propósito de los otros.

¡Ah, el momento! 
Yo puedo crearlo, poseerlo, y en
todo instante conquistaré lo bello.
Si detengo mis fraguados intentos
te secarás, llama de lo finito.

Río sempiterno, deja de fluir
permite que modele del polvo
un nuevo significado, así yo
sonreiré sin que te evapores,
consciente de la estética pura.

martes, 11 de junio de 2013

Noche de pelea.

Este poema es el primero que escribo en mucho, mucho tiempo. Sé que no tengo la calidad estilística y el refinado lenguaje lírico de mis compañeros, diría incluso que es un poema de lo más infantil, mas este poema sólo cumple una misión terapéutica, tanto para mí como para cualquier posible lector que haya pasado por algo parecido. Como siempre digo, si no os gusta podéis darme vuestra opinión, siempre que no sea de manera violenta, por favor.


Esta noche apenas he descansado
Recibí la visita de un fantasma del pasado.

Trepando por mis sábanas de tela
Me ha dejado casi toda la noche en vela.

Ha escalado lentamente hasta mi oído
Y me ha susurrado: “jamás serás querido”.

Este recuerdo agridulce de mi mente emana
Y como la peste por ella se propaga.

En anteriores visitas lo dejé pasar
Y mi autoestima le dejé minar,
Mas esta vez prefiero luchar.

Comienza el combate.
El público  pide sangre, clama.
No pararé hasta que, golpe a golpe, te mate.
La mujer de la que eras recuerdo ya de mi corazón no es ama.

jueves, 30 de mayo de 2013

Discurso del amor

Durante toda la historia el hombre ha intentado alcanzar la verdad, los ideales , trascender....
Durante muchos años yo pensaba que el dolor , la pena , la compasión absoluta eran algo necesario para alcanzar la felicidad.

Hoy día me he dado cuenta de que nada tiene sentido , de que las cosas no son más que accidentes , de que todo lo que nos rodea es impredecible con certeza . ¿La necesitamos para algo?, la respuesta es NO. Podemos intentar vivir sin sentido , la respuesta es NO . Hay demasiadas variables en la vida , demasiada información como para que la capte el ser humano.¿ Entonces qué nos queda ?, sencilla y llanamente la elección. Señalar a alguién por su creencia o forma de pensamiento es comportarse poco menos que un borracho gritando a la lámpara tras una noche de resaca . Efectivamente, no es lo que pensamos lo que nos define  ni mucho menos, sino por como actuamos ante cada situación.

Me inclino por la llamada pasión más noble de todas; en efecto, me refiero al amor. Esa sensación que nos convierte en superhombres y a la vez en esclavos , en poderosos y débiles. Todo tipo de amor es así, algunos más fuertes que otros según el individuo.Siguiendo con el tema que quiero comentar , me refiero a como muchos lo han rechazado , otros lo han abrazado como único y otro han tratado de buscar el término medio. Pues bien yo afirmo que todos estan equivocados , incluido yo . La razón es sencilla , pues la sensación es única tanto desde el punto de vista biológico como el real. Con el término real me refiero a lo que realmente importa , a la sensación , a la reacción en nosotros . Pues es ingenuo creer que somos máquinas biológicas. ¿ Por qué ? , sencillo tanto si fuese cierto como sino lo fuese la elección de que nos transcienda o no es nuestra, incluso desde el momento que decidimos no pensarlo, pues nos sería indiferente. Si bien un tostador no puede enamorarse porque es una cosa el hombre tampoco debería, salvo claro está el caso de la reproducción. Ahora bien, como animales que somos , no podemos decir que seamos máquinas al igual que otros animales , ¿Por qué sino íbamos a desear pasar la vida entera con alguien?, ¿por que no buscar la simple etapa reproductiva como muchos otros animales?. Sencilla mente porque es algo indescriptible si es que llega, de ahí nacen los escépticos. En el momento que alguien encuentra a otra persona con quien fundirse todo cambia. Eso no quita que el amor sea la panacea del sentido , el bien supremo , la fórmula de la felicidad . De ningún modo. Mucha gente podrá tener esa suerte, otra no , e incluso algunos tendrán la mala suerte de no ser correspondidos.

¿Solo tiene sentido el amor? Sí , por supuesto, pero antes de amar a alguien debemos habernos amado a nosotros mismos , sino como podríamos entregarnos a alguien. ¿ Qué podrías ofrecer a alguien cuando ni siquiera tú mismo eres capaz de levantarte todas las mañanas y sonreir y comerte el mundo?
Algunos dirán que en el amor se encuentra fuerza , y  yo les diré ¡que también debilidad!. No digo que no saltemos con la venda en los ojos, pues otras veces es necesario arriesgar nos. Pero en caso de caer , si no contamos con un mínimo de amor propio de preocupación propia ¿cómo dejaremos de arder para empezar a brillar , para salir del vacío , del veneno de la auto compasión?

Solo unos pocos afortunados terminan encontrando a la persona que les hará felices el resto de su vida. Por supuesto aclaro que el amor es válido para todos excepto para pedófilos , un pedófilo viola niños pequeños y ni amor ni ostias eso es violación de los derechos infantiles ( nunca mejor dicho).Por supuesto el superhombre es compatible con el amor por mucho que le duela a tan gran crítico y espero que sepan a quien me refiero , pues mientras uno sea capaz de superarlo, de no ante ponerlo a los deseos propios antes de haber vivido su vida  podrá entonces compartir con otra persona su vida pues de otra forma no tendría nada que ganar y  todo que perder en caso de tragedia.

Sin más demora para finalizar este pequeño discurso sin duda de carácter solo cognoscible para quienes se hallan desentendido del amor o para quienes estén enamorados , para quienes sean superhombres y superexcalvos y aun así toman la elección de beber la poción de la mortalidad para dejar de ser superiores y para poder compartir su alma , su vida y su ilusión con alguien que los eleve más o los haga descender a los infiernos. Tristemente el amor es así. Por tanto ahora te pregunto a ti superhombre o superexclavo;
¿ Quieres beber este dulce veneno de la mortalidad?,

miércoles, 15 de mayo de 2013

UN AMOR DE PELÍCULA (continuación de Canciones) (III)


Como no quería perderme la reconciliación la seguí. Por el camino me dijo lo que quería decirle como disculpa, con unas palabras de lo más bonitas y emotivas, casi me hizo llorar. Sin embargo, cuando Johnny abrió la puerta, pues había hablado yo por el porterillo para darle una mayor sorpresa, se encontró frente a Celeste y ella empezó a hablar no dejó que dijera más de dos palabras. Johnny tenía los ojos rojos de llorar, la cara llena de lágrimas y se apreciaba en él un aura de tristeza profunda, pero todo eso cambió cuando se encontró frente a ella. En sus ojos volvió a destacar sobre el rojo el verde natural de su iris, verde esperanza, las lágrimas que bañaban sus mejillas apenas se apreciaban ya y su aura taciturna se tornó en un aura de infinita felicidad. No le dejó decir ni dos palabras porque la calló con un beso, cada vez que intentaba decir algo la volvía a besar. Lo que yo decía, como una película. Tras cinco o seis besos que tornaron la desgracia en júbilo Celeste decidió apartarlo y volver a intentar hablar.

- Johnny, entiendo por estos besos que me perdonas, pero aun así mereces una disculpa y te la daré...

- No, no es para nada necesario. El hecho de que hayas vuelto me vale más que de sobra como disculpa, es más, soy yo el que te debe una explicación. Esas chicas venían buscando a mi compañero de piso, no te dije nada de él porque no es una persona que quieras presentarle a tu novia. Es un tío algo promiscuo, que odia el compromiso y que no quiere que sus amigos tengan novia, porque eso fastidiaría su ritmo fiestero. Por eso ellas estaban allí.

- Vaya, me siento como una idiota.

- No tienes por qué, soy yo el que debería haberte dejado claro lo que pasa con mi compañero antes de dejarte entrar a casa. Es un milagro que no hayamos encontrado “situaciones incomodas” al entrar.

- Bueno, pues si me perdonas olvidaremos este episodio de nuestra vida. ¿Me perdonas?

- Por supuesto, ¿cómo iba a denegarte mi perdón? Tú me has devuelto la esperanza en el amor, eres mi “alguien especial”. Por cierto, ¿qué te ha hecho cambiar de opinión?

- Esto-  señaló el colgante, lo tomó en sus dedos y jugueteó con él mientras sonreía-. Elisa me contó lo que le dijiste sobre el colgante, justo cuando me lo dijo vinieron a mi mente imágenes de cómo mirabas el colgante, de cómo lo tratabas. Sentí que algo que primero me pareció un simple detalle, simple pero bueno y simbólico, claro,  se convertía en el mayor gesto que nadie había tenido conmigo, porque tenías que estar muy seguro para darme así tu corazón, y aun  así te tuvo que costar hacerlo.

- No me costó nada. Nunca me he arriesgado ni teniendo un 99% de posibilidades de acertar, por ese posible 1%, pero esta vez tenía un 100% de seguridad, no he estado más seguro de nada en mi vida. Estoy más seguro de que he acertado que de que me llamo Johnn Park.

Y así se consolidó su relación, siguieron saliendo y, tras algo más de un año siendo pareja, aquí estoy, en una iglesia viendo entrar a Celeste con un vestido blanco avanzando lentamente hacia el altar del brazo del hippie de su padre, que por primera vez en su vida se ha puesto traje, y allí esperando esta Johnny, vestido con un precioso traje y una corbata azul, azul celeste. No suena la marcha nupcial. Por deseo de los novios, mientras Celeste avanza por el pasillo, suena el “Canon de Pachelbell”. Me he prometido a mí misma no llorar, pero me está costando. Empieza la ceremonia. Yo estoy sentada tras la novia, pues soy una dama de honor. Las damas de honor estamos mezcladas con los amigos de Johnny, ya que los hombres no tienen “damos” de honor, al menos tiene allí a sus colegas. Llega el momento de los votos y empieza Johnny.

- Celeste, nunca olvidaré el día que nos conocimos. Sin ni siquiera conocerme confiaste en mí y me permitiste abrir mi corazón, ese que ahora es tuyo. Cada gesto, cada palabra que hiciste ese primer día caló en mí y me hizo creer en el amor, en nuestro amor. Y aunque alguna vez has tenido la duda de si te quería, mira alrededor de tu cuello, ya sabes que esa es mi respuesta.

Mi esfuerzo para aguantar las lágrimas es titánico. Es el turno de Celeste y, para mi sorpresa, dice, entre otras cosas, algo que debía haber escuchado antes Johnny. Palabra por palabra, coma por coma, igual que cuando me lo dijo a mí en su día, Celeste pronunció su disculpa a Johnny por su falta de confianza en él.

- John, sé que en su momento no quisiste oír esto. No te importaba lo que dijera, mi simple presencia en tu puerta te convenció de mi arrepentimiento, pero esto que te voy a decir es mi disculpa, la que pensé en el momento. No es la que querías, es la que te mereces: “siento haber dudado de ti, sé que por esto no debería ser perdonada. Dudé de ti aun habiéndome abierto de par en par las puertas de tu corazón, y no sólo me abriste las puertas, me diste la llave y el corazón completo. Por eso te digo que si de algo en esta vida me arrepiento es de no confiar en el hombre que me devolvió la sonrisa y que me hizo sentir especial, tú.”

Las lágrimas ganan la batalla, todos mis esfuerzos tirados por tierra. Lloro de emoción, como viendo el final de una típica comedia romántica. No tengo nada con qué secarme, pero a mi izquierda aparece un pañuelo en una mano, tras ese pañuelo, un amigo de Johnny que me sonríe y que también tiene cierto rastro de alguna lagrima fugaz. “Toma, has aguantado bien, pero hay que admitir que con eso que han dicho no hay quien no se le escape una lagrimilla”. Se lo agradezco y el resto de la ceremonia lo pasamos comentándola. Creo que es un buen chaval. Algo me empuja a pensar en nosotros en la misma situación que Johnny y Celeste, es algo fugaz pero ahí está. Me sonrojo pero él no se da cuenta, menos mal. ¿Será esto el inicio de una secuela de la película que tanto había disfrutado viendo y actuado de secundaria, siendo en esta secuela la protagonista?

UN AMOR DE PELÍCULA (continuación de Canciones) (II)


Pasaron un par de días y volvieron a quedar. Yo esperaba que no lo trajera a casa, para no ser descubierta. Tuve suerte, ese día fueron a casa de Johnny, pero él la trajo a casa y se despidieron en la puerta. Yo lo vi todo desde la ventana, así que esta vez puede ver el beso. Parecía que estaba viendo una película romántica. Fue así: él bajó del coche, le abrió la puerta a ella y la acompañó hasta la puerta. Tras un rato charlando un momento de silencio y una mirada entre ambos, Celeste se gira para entrar pero Johnny la coge por el brazo, la gira y la besa. Después los dos sonríen y Celeste entra. Puedo ver cómo Johnny se gira para verla entrar a nuestro edificio, sonríe y vuelve al coche. Poco rato después veo entrar a Celeste, que cierra la puerta a su espalda y se queda apoyada sobre ella un rato, sonriendo y algo sonrojada. Realmente parecían dos adolescentes enamorados.

Pasaron más días, ya salían oficialmente juntos, alguna vez vinieron a casa y la primera vez Johnny dijo que le sonaba y yo me hice un poco la loca, argumentando que fue una gran casualidad y que no me acordaba bien. No sé si coló para Johnny, pero para Celeste sí, así que con eso me valía.

Pasaban ya un par de meses desde que se conocieron cuando sucedió algo que temía y algo que deseaba, ambas cosas al mismo tiempo, pero separadas. Llegó casi llorando y muy enfadada. Se tiró de cara al sofá y abrazada a un cojín empezó a llorar. Preocupada, le pregunté qué había pasado. Ella me contó que Johnny había quedado con ella el día de antes y que habían estado juntos durmiendo en su casa, después ella se había ido a trabajar pero en el camino vio a un par de chicas dirigirse a su casa y, al volver, vio salir a esas mismas chicas. Celeste pensaba que esas chicas habían estado con él, porque había escuchado su voz por el porterillo, pero se añadía algo a la ecuación, lo celosísima que era Celeste. Entró a casa de Johnny hecha una furia, le gritó y no le dejó explicarse, tras esto corrió a casa.

Al poco de esto sonó el timbre y fui a abrir. Era Johnny. Se podía ver el nerviosismo y el miedo en su cara. Quiso hablar con ella, pero celeste corrió a su cuarto y se encerró. No quería saber nada de él. A pesar de que ella era mi amiga, también me había hecho amiga de él y sabía por cómo hablaba de Celeste mientras él la esperaba en el salón y hablábamos un poco que era incapaz de hacerle eso.
Seguimos hablando un rato, él seguía muy preocupado, y reparé en algo. El colgante no estaba en el cuello de Johnny. No dije nada.  Le convencí para que se fuera y así intentar tranquilizar a Celeste. De paso quería comprobar algo. Él se fue y yo intenté hablar con la sollozante celosa.

Llamé a la puerta y entré a la habitación. Celeste estaba bocabajo en la cama, llorando como una niña. Trate de tranquilizarla un poco hablando lo más cuidadosamente que pude sobre el tema.

- Celeste, ¿quieres hablar sobre el tema?

- No...

- ¿Por qué?

- Porque ahora sólo quiero llorar. No paro de equivocarme.

- A ver, diré esto con todo el tacto que pueda, ¿estás totalmente segura de que fue como tú crees?

- ¿Me estás llamando mentirosa?

- Sólo digo que ambos sabemos lo celosa que puedes llegar a ser. Además, Johnny no es como tus ex, ya lo hemos hablado, siempre decías que era diferente a los demás.

- Pero también me puedo equivocar, sabes que me pasa muy a menudo, sobre todo en estos asuntos.

- Vale, pues no hagas caso de ti misma, hazme caso a mí. Te advertí en todas las ocasiones anteriores que esos chicos te harían daño y no me hiciste caso, hazme caso esta vez, porque es la vez que más segura he estado de decir lo que digo.

- No sé, Elisa. Sabes que confío en ti tanto como si fueras mi hermana, pero ahora preferiría dejar el tema, ya hemos hablado mucho, y lo que de veras necesito es un abrazo.

- Pues levanta la cabeza de la almohada y ve a mis brazos.
Nos abrazamos y algo se me clavó en el pecho. Al retirarse lo vi: el colgante de Johnny ahora colgaba del cuello de Celeste. Sé que no quería hablar del tema pero desde que Johnny me dijo en qué condiciones le regalaría el colgante a alguien no pude contenerme. Se lo señalé, sonriendo.

- Anda, ¿y esto?

- Ah...- estaba taciturna, pero algo en el fondo de ella sacó en sus labios una leve sonrisa. Ojos de pena, sonrisa melancólica.- me lo dio Johnny ayer.

- ¿Te dijo por qué?

- Porque gracias a él nos conocimos y quería que lo tuviera yo.

- ¿Nada más?

- No.

- Celeste, esto que te voy a decir te aseguro que fue lo que me hizo creer en  que Johnny era perfecto para ti. ¿Recuerdas ese día que te dije que me habían llamado del trabajo? Pues ese día cogí un taxi y resultó ser el suyo, así que decidí interrogarle anónimamente sobre ti, lo más discretamente que pude. He de decir que no sospechó nada. Tras preguntarle algo sobre ti y decirme lo maravillosa que eras le pregunté por el colgante, para ver si me contaba lo mismo que a ti y no se lo había inventado sólo para impresionarte o darte lástima. A grandes rasgos me contó lo mismo que a ti pero hay algo que no te contó. Me dijo que se había prometido a sí mismo que si encontraba alguien por quien de verdad sintiera amor, la chica que le hiciera sentir bien tal y como es y por la que se olvidara del resto de mujeres del mundo, se lo regalaría sin pensar, como muestra de que su corazón es enteramente suyo. Y créeme, sus ojos se llenaron de veracidad e ilusión al decirlo, le salía del alma, del corazón. Ese corazón que tú ahora llevas colgado. Así que, dime, ¿qué harás? ¿Seguirás enfadada con él y le devolverás su corazón, para que se rompa de nuevo y nunca más confíe en el amor? ¿O, por el contrario, irás a su casa y cuando abra la puerta le darás una disculpa sincera que le haga olvidar tu numerito y que os haga lo que deberíais ser, la mejor pareja que jamás veré?

- ¿De verdad dijo eso?

- ¿Cuándo te he mentido yo con estos temas?

Se secó las lágrimas, dibujó una enorme sonrisa, se arregló un poco el pelo, porque lo tenía enmarañado de tanto estar llorando en la cama, y puso camino a casa de Johnny. 

lunes, 13 de mayo de 2013

UN AMOR DE PELÍCULA (continuación de Canciones) (I)


Eran las 3 de la mañana. Me levanté a beber un poco de agua y me encontré a Celeste, mi compañera de piso entrando a casa sonriendo como una colegiala, colorada y con los ojos llenos de  alegría. Lo normal sería preguntar el porqué de su júbilo, pero, como ya he dicho, eran las tres de la mañana. Lo máximo que conseguí decir fue “mañana me cuentas”, bebí mi vaso de agua y me volví a tirar a la cama, como si fuera un tronco recién talado. Tras unas cuantas horas de sueño, Celeste me despertó. Intenté hacerle caso omiso, pero insistía. Sólo eran las diez de la mañana pero Celeste se moría por hablar del motivo de su sonrisa.

Me levanté como pude y me arrastré hasta la cafetera, sin el café de la mañana no soy persona. Una vez despierta y consciente de mí misma, fuimos al salón y nos sentamos una frente a la otra y Celeste comenzó a relatarme su cita con el taxista. Ya me había contado cómo se conocieron  y la verdad es que ya entonces se veía que estaba ilusionada, aunque ella siempre es muy efusiva. Me contó de lo que hablaron, qué comieron y el cómo le hacía sentir con cada gesto y con sus historias. Realmente estaba más eufórica que nunca, desprendía alegría, te contagiaba de su dicha. Luego me contó cuando vinieron a casa. Cómo no, yo estaba en un profundo sueño y no noté nada de nada. Me contó que estuvieron hasta casi las tres en el salón, escuchando música, tomando una copita y hablando un rato más, tras esto me dijo que se despidieron en lo alto de la escalera con un besito en la mejilla, pero cuando lo vio al final de las escaleras algo le dijo que lo detuviera, así que le dijo algo y bajó a despedirse de él con un gran beso, el más sincero que había dado, según ella. Me dijo que cuando subió sentía que estaba muy sonrojada, que una enorme sonrisa se había dibujado en su boca y que algo en su corazón había hecho un click. Ese click que se siente junto con las mariposas en el estómago.

Celeste era como una niña en estos aspectos. Esperaba que no pasara lo mismo que con su ex. Quería conocer al chaval antes de que ella se volviera a estrellar, así que decidí hacer un tour en taxi por el pueblo. Pro de este plan: él no me conocía porque yo estaba durmiendo. Contras de este plan: primero, como estaba durmiendo yo tampoco le vi a él, y segundo, tenía pocas posibilidades de coger su taxi a la primera, así que era muy posible que me gastara mucho dinero sólo para conocerle pero, al fin y al cabo, ¿para qué si no están los amigos?

Pedí un taxi a la puerta de mi casa. Tenía un nombre, Johnny. Dudaba que hubiera muchos en la compañía que se llamaran así. Además disponía de otro detalle, el colgante de delfín.

Cuando llegó el taxi miré la licencia que estaba en el salpicadero. El taxista se llamaba Manuel, así que no era mi objetivo. Ni corta ni perezosa fui de frente y le pregunté al taxista por Johnny. Me dijo que era amigo suyo así que le pedí que le llamara por radio para que me recogiera, pero le dije que intentara ser discreto, como si yo no estuviera allí y fuera alguna clienta ajena. Pagué la carrera y me dejó en un sitio en el que ni tardaría mucho en recogerme ni sospecharía por haberle visto por la zona. Dos minutos más tarde estaba en el taxi de Johnny.
Era un chico alto y con los ojos claros, sin mucho vello y con el pelo castaño, realmente se notaba su ascendencia británica. A diferencia del viaje con Celeste, Johnny estaba feliz y hasta estaba silbando. Le dije la calle más lejana que conocía y comencé mi interrogatorio.

- Te llamas Johnny, ¿no?

- Sí, mis padres eran ingleses.

- Se nota, tienes muchos rasgos británicos. Yo soy Elisa, encantada.

- Lo mismo digo, Elisa.

- Por cierto, si no es mucho preguntar, ¿por qué estás tan contento?

- Ayer tuve una buena noche.

- Vaya, ¿y eso? ¿Alguna chica?

- Sí. Se llama Celeste y la conocí aquí, en el trabajo. Es un encanto.

- Pareces muy ilusionado.

- Me ha devuelto la alegría y me ha hecho creer de nuevo en el amor.

- Pues suerte, pareces simpático. Trátala bien y seguro que no tienes problemas.

- Eso haré, aunque la conocí ayer haría lo que fuera por mantenerla a mi lado. Sacó lo mejor de mí y sólo estuvimos hablando un par de horas.

- Pues ya sabes, a las mujeres nos gusta que nos traten como princesas.

- Ella no merece menos.

Me caía bien. Se notaba que era un buen chaval. Era mil veces mejor que el ex de Celeste. Su apariencia llamaba la atención, quizá por su “britanismo”. Además, su voz daba confianza. Me alegraba mucho por Celeste, por fin parecía haber refinado su gusto por los hombres. Estuvimos un rato en silencio y reparé en el colgante, así que quise preguntarle, para ver qué me decía sobre él.

- Bonito colgante. ¿Te lo regaló tu novia, ya sabes, esa chica que conociste ayer?

- No, aparte de que no es mi novia aún, espero que sí lo sea en breve, este colgante lo tengo desde hace tiempo. Tiene un gran significado para mí, y más ahora que, gracias a él, conocí a Celeste.

- ¿Sería mucho preguntar ese significado?

- No, te haré un resumen, tras ciertos eventos este colgante se convirtió en una bonita metáfora de mi corazón y por ello lo llevo. - Esto ya lo sabía, pero quería ver que era real esa historia, que delante de una extraña contaría lo mismo y eso significaba que no era inventado, aparte de que se le notaba en la cara al decirlo.- Además, - continuó- me prometí a mí mismo que si encontraba alguien por quien de verdad sintiera amor, la chica que me hiciera sentir bien tal y como soy y por la que me olvidaría del resto de mujeres del mundo, se lo regalaría sin pensar, como muestra de que mi corazón es enteramente suyo.

- Vaya, ¿y si te equivocaras?

- No me precipitaría, intentaría estar totalmente seguro de que ella es la chica. Además, eso se sabe, suele ser un cúmulo de pequeños detalles que te van haciendo quererla más y más hasta que uno de esos pequeños detalles desencadena en ti una exacerbación de todos esos detalles y eso te confirma que es ella y no otra.

- Pareces muy seguro, y dime, ¿crees que esa chica será la afortunada?

- Aún es pronto para saberlo, ya te he dicho que no me gusta precipitarme.

- Bueno, espero que algún día encuentres a esa chica, sea o no esa tal Celeste.

- Gracias, por cierto, ya hemos llegado a tu destino.

Me bajé del taxi y dibujé una sonrisa en mi rostro. Esperaba ver a Celeste algún día con ese colgante. Johnny era perfecto para ella, y viceversa. Estuve todo el camino a casa pensando sobre el asunto y seguía feliz, feliz por mi amiga. Aunque también tuve que pensar una excusa para la hora que había estado fuera, pero eso fue sencillo, me inventé una llamada del trabajo que resultó ser algo sin importancia. Celeste se lo creyó y no hubo pregunta alguna. Ella seguía en su nube y era ajena al resto del mundo.


jueves, 11 de abril de 2013

Carta del soñador

A continuación se presenta el poema ganador del Certamen Literario del I.E.S. Fuente de la Peña (Jaén) en el año escolar 2012/2013:


El cielo azul sesgado, suspirador, me despierta

discierne recuerdo de realidad.

Canto embelesante, no te detengas;

simboliza ese soplo la pasión del devenir.


Arde el corazón rimbombante que espera un milagro

por esto te pido, no dejes de perseguirlo

persiste en el presente.


Yo he soñado con ese lugar

donde cada rosa es libre de florecer

donde acogen mil palabras de afecto.


He espantado el engañoso escapismo,

he bregado largamente

para encontrar una razón

a la existencia que tú llamas fútil.


Dime, desesperanzado, demuéstrame,

si la llama de la hybris no se extinguió,

cómo planeas vivir sin desear

lo que declinas es parte del "yo".


Espantosa y quimérica nada

me consumirás como tu presa.

Sólo una demencia sin parangón;

aventajar como ente absoluto,


ambición de reyes,

veneno que consumió a Gilgamesh,

filo de hoja adamantina fulgurante,

nos concederá a ambos fin y comienzo.



Nadie recuerda a aquellas flores pisoteadas;

¡Levántate ya y destroza esta opresión!

La voluntad de cambio te envuelve,

te transforma en un salvaje lobo hambriento.


Aún quieres demostrarlo,

tentar la fortuna, ser capaz de mutarlo.

¿Para qué te plantaste firme en este terreno

si no por tu arrogante promesa?



El trágico destino, el regir de los hados,

tú gritaste a esos cielos

que algún día gobernarás

y juraste cambiarlo.


En tanto que aceptes el desafío,

resurgirá a resonar el rugir del relámpago;

las ascuas de ese fuego orgulloso

esparcido, aún no cesan ni quieren perecer
.


El avión de papel persigue el sol al amanecer

como si quisiera llegar a tiempo para mañana

Lanzo un deseo, que nunca caiga

Porque quiero poder soñar por siempre.


El avión de papel sigue volando 

Yo siempre, siempre continuaré creyendo

Que los sueños permanecerán como meros sueños

Por eso puede seguir, seguir, seguir volando

martes, 2 de abril de 2013

Canciones (II)


Mis manos tiemblan, me siento extraño, hacía mucho tiempo que no me sentía nervioso por hablar con una mujer, no sé qué decir cuando Celeste coge el teléfono, sólo balbuceo hasta que ella pronuncia mi nombre:
- ¿Johnny? ¿Eres tú?

- Sí,- me digno a decir- soy yo. -escucho una pequeña risa.

- ¿Por qué no hablabas?

- La verdad, no se me da muy bien hablar con mujeres…

- Pues lo estás haciendo ahora mismo, y entiendo lo que dices, creo que tan mal no se te da.- noto cómo intenta quitarle hierro al asunto, me parece un bonito gesto.

- Bueno, a ver, la historia de mi colgante viene de…

- ¡Espera, espera!- me interrumpe, gritando- Esto es muy impersonal, mejor quedamos y hablamos cara a cara y dar un paseo, será más divertido.

- Vale, me parece algo repentino, pero honestamente, me parece necesario darte una explicación después de comportarme así contigo.

- Tampoco has sido tan borde.

- Da igual, es que no puedo parar de pensar en que por un mal día te habrás llevado una mala opinión de mí. Por eso te quiero invitar a cenar.

- Te digo que por mi parte no hay ningún problema con tu actitud y no veo necesario que me invites, pero si te hace sentir mejor, adelante.

Quedamos en un lugar a una hora, pero yo me presento allí antes, no me gusta llegar tarde, pero no me importa esperar. Es cuestión de tiempo que Celeste aparezca y, tras algunas idas y vueltas a lo largo de la plaza mientras espero, aparece por la esquina hacia la que estoy mirando.  Nos saludamos y le pido que me siga. Hablamos un poco mientras ella está caminando tras de mí, pero de nada importante, aunque estaba impaciente quería esperar a estar en el restaurante para escuchar mis secretos. Yo siempre huía de esas pequeñas conversaciones sobre mi vida, para mí los recuerdos eran como una feria antigua y olvidada, una feria de óxido.  En cambio, Celeste es del tipo de mujer a la que no te importa contarle tu vida, emanaba simpatía, era capaz de cualquier cosa con tal de verte reír, y lo mejor es que lo conseguía. Me inspira confianza.

Llegamos al restaurante, pido la mesa que reservé, le aparto la silla a Celeste para que se siente y yo hago lo propio. El camarero nos da la carta y se retira. Celeste parece de lo más contenta de estar cenando allí, algo en su mirada decía que se esperaba algo menos formal. No es que sea un restaurante pijo, pero tampoco es un antro.  

Ella me sonríe tras la carta y me comunica lo que quiere tomar, no es nada del otro mundo pero sus ojos me dicen que eso es lo que más quiere en ese momento.  Yo pido carne de cerdo y habas. Una vez pedido todo, Celeste se deja de rodeos y va al grano.

- ¿Por dónde quieres que empiece?

- Por el principio, no estaría mal.

- Vale, en el principio todo ser vivo estaba en el agua hasta que uno salió y poco a poco fue evolucionando…

- Me refería al principio de tu historia, no de la historia en general.- Ambos reímos.

- Bueno, todo empezó en un viaje que hice de pequeño y en el que compré este colgante. Sólo lo compré porque me pareció llamativo, pero poco a poco fue cobrando un gran sentido para mí. Retén esto en tu mente porque te lo explicaré después.

Yo estaba enamorado de una chica, que era a la vez mi mejor amiga y mi primer amor. Esto duró años y, cuando reuní el valor suficiente, me declaré a ella, pero me contestó con evasivas, yo insistí, a la tercera o cuarta proposición ya me dio una respuesta definitiva, un no. La verdad es que me lo esperaba, no es que estuviera alegre y contento con la respuesta, pero sí estaba resignado, al fin y al cabo no podía hacer nada. Aun así seguimos siendo amigos y le tengo mucho cariño, además el año siguiente a esto fue el primer año que estábamos en clases separadas y algo dentro de mí me dice que sólo quería que nunca se alejara de mí porque era una gran amiga, otra parte de mí me dice que no es así, que lo primero es algo que me conté a mí mismo para no sentirme mal por el rechazo. Sea como sea lo importante es que saqué una gran amistad de ahí, el pasado ya es historia y no creo que me deba preocupar de él, así pues continuaré por donde iba. Ese mismo día, el día del rechazo, al volver a casa abrí la puerta de mi cuarto para entrar y algo que había en mi corcho se calló y se rompió: el colgante.  No le di mayor importancia, lo pegué y lo puse de nuevo en el corcho de mi habitación. No me lo ponía porque ya no me parecía tan guay como cuando lo compré. Pasaron los años y sobrevinieron un par de desengaños amorosos más. El segundo no fue tan grande como el primero y el tercero, fue más bien un capricho tonto llevado a un extremo del que yo mismo salí sin necesidad de ayuda. Tras esto, otra vez se rompió el delfín, pero esta vez fue de menos magnitud la rotura. Igual que  la primera vez, lo arreglé y lo dejé de nuevo en el olvido.

Llegando al tercero he de decir que este fue el de mayor repercusión en mí mismo. Tardé casi dos años en darme cuenta de que este tercer enamoramiento no llegaría a buen puerto por ningún lado, pero fue una revelación paulatina. De este también me di cuenta casi por mí mismo, aunque con ayuda indirecta de otras personas, dejémoslo ahí. Tras este desengaño otra vez que se rompió el colgante y lo pegué, mas esta vez no quedó en el olvido.  Tres roturas en el colgante, tres roturas en mi corazón. Mientras pegaba las partes rotas me percaté de esa coincidencia entre las roturas y pensé: “si cada vez que se rompe este colgante lo pego y, aunque algo más ajado y fisurado, sigue luciendo igual (o casi) ¿por qué no hacer lo mismo con mi corazón?”. En este momento, coincidiendo con las vacaciones de verano tras 4º de la E.S.O., tomé una decisión, decidí dejar de buscar a una chica y adecuarme a ella, aunque tuviéramos cosas en común, y me prometí que ni dejaría que el amor me nublara el pensamiento ni iría tras una chica que apenas conocía. Cambié mucho esas vacaciones, en muchos aspectos, tanto para bien como para mal.  Y así a grandes rasgos termina mi historia, quizás me ha quedado muy larga pero al menos está aquí la explicación que te debía.

Celeste escucha mi parrafada atenta y puedo ver su curiosidad floreciendo con cada palabra que digo.  Al terminar, me mira fijamente a los  ojos, sonriendo, me coge la mano y me dice:

- Johnny, tu historia me ha conmovido, nunca pensé que alguien que parece tan reservado y serio hubiera vivido algo así. Si te hace sentir mejor te diré que, al menos por lo que he visto hasta ahora de ti y por lo que me has contado, has salido ganando con ese cambio de personalidad. Además, sobrevivir no a uno, sino a tres desengaños amorosos me parece más que digno de alabanza.

- Tampoco es para tanto, seguro que tú también has pasado algún mal trago en el amor. Cuenta que tú no eres la única curiosa.

- Pues sólo uno, el único, espero. Fue hace poco, ya sabes, por el cual cogí tu taxi, para huir de allí. Al principio de la relación todo era muy bonito y muy dulce como una nana o una fotografía en una góndola veneciana al atardecer. Después, me propuso vivir juntos y acepté. A la semana de convivencia se empezó a dejar por completo y ya no era ni la sombra del hombre que me enamoró al instante mismo en el que nuestras miradas se cruzaron. En estos días ya sólo se dignaba a dirigirme la palabra para decirme desde el sofá “hey guapa, pásame una cerveza ya que estás de pie”. Así pues, hice las maletas, me despedí de él, cogí la puerta pero no literalmente y me fui de allí.

- Dime, tras vivir eso, ¿qué has aprendido? ¿Vas a seguir buscando a ese alguien especial o vas a dejar de lado eso un tiempo?

- Quién sabe, a ver, no digo que lo vaya a buscar en cada rincón del mundo pero, si aparece alguien que merezca la pena no opondré resistencia a conocerlo.

Dicho esto, terminamos nuestros platos, que había traído el camarero mientras hablábamos, y pedimos un postre. Los dos, al mismo tiempo, sin haberlo hablado ni nada, decimos lo mismo al verlo en la carta “una mousse de chocolate, por favor”, nos miramos y nos reímos.

Cuando nos traen el postre lo devoramos como dos niños que adornan el chocolate. Un silencioso momento sobreviene mientras comemos nuestro postre y, al terminarlo, nos miramos. Ambos estamos algo manchados de chocolate, en la comisura de los labios, pero ella además en la nariz y yo también en la barbilla, nos reímos. Definitivamente somos desastrosos, pero no nos importa, quizá parezca una locura desde fuera, pero es nuestra locura.

Pago la cuenta y nos vamos del restaurante. Continuamos teniendo pequeñas conversaciones, para conocernos un poco más. Celeste escucha siempre con atención todo lo que digo, me mira y sonríe, cuando habla lo hace con un énfasis especial que, junto con su dulcísima voz, me hacen olvidar mis problemas, es un encanto de mujer. Es una chica alta, rubia, con el pelo liso y va casi sin maquillar. Viste unos vaqueros, una camisa a juego y, asomando un poco más debajo de su clavícula, un curioso colgante circular: un mantra que le regalaron los hippies de sus padres. Tiene los ojos verdes azulados, una tez clara, una naricilla muy mona, unos labios carnosos y rojos como las manzanas y, sobre todo lo demás en lo que más me fijé, una sonrisa preciosa.

Parecía mentira que sólo la conociera desde hacía unas doce horas. Si ayer me hubieran dicho que conocería a una chica así mi primer día de trabajo le hubiera dicho que quiero saber qué se fuma para imaginar algo así. Sin embargo ahora me resisto a pensar qué hubiera pasado si a mi coche no le hubieran fallado las ruedas y hubiera tenido que hacer otros viajes en lugar del de Celeste. En momentos como estos  me planteo si es verdad eso que se dice de que todo está decidido, como si la vida fuera un plan maestro que dirigiera nuestro sino. Tengo ya el cerebro cocido de tanto pensar en esto así que decido dejarlo y simplemente disfrutar de la compañía de Celeste.

Tras más de dos horas paseando y charlando, acabamos conociéndonos muy bien, Celeste quiere ir ya a casa. Le ofrezco acompañarla y ella acepta. En el camino entre charla y charla puedo apreciar el sonido del silencio, de su silencio. El instante en el que nos callamos momentáneamente puedo oír cómo ríe entre dientes justo antes de volver a abordarme con otro tema, luciendo una sonrisa y clavando sus dulces ojos en los míos. Llegamos a su casa. Según me dice es donde vivía con una amiga antes de lo de su ya exnovio. Es un piso en una urbanización muy grande, el 2º D del 2º bloque de pisos.
Justo en la puerta, cuando me voy a despedir, Celeste me invita a subir para que escuche un disco del que habíamos hablado antes. Sé que es tarde y que al día siguiente he de trabajar, pero subo sin pensarlo. El piso es pequeño, sólo tiene lo esencial, así que me lo enseña un poco y vamos al salón. Allí ponemos el disco a un volumen moderado, ya que su amiga estaba durmiendo.

Como era de esperar, entre unas cosas y otras, ya son casi las tres de la mañana y seguimos allí escuchando el disco y hablando un poco más, la había conocido esa tarde y ya casi lo sabíamos todo el uno del otro. Le digo que me tengo que ir pero ella insiste en que escuchemos de nuevo la última canción. Acepto. En realidad es lo que más deseo en ese momento. La canción acaba y nos miramos, hay que decir adiós.
Me acompaña hasta la escalera y allí se despide de mí, no sin antes asegurarme que nos volveríamos a ver, eso esperaba, tenía toda mi esperanza en ello. Me da un beso en la mejilla, me dice “hasta pronto”, me guiña un ojo y bajo por la escalera. Cuando llego al final me giro y allí continua Celeste, con la luz a su espalda me parece un espejismo y los peldaños me parecen una escalera hacia el paraíso, sonrío e intento retomar mi camino, pero su voz me llama y hace que lo pare (mi camino). Escucho sus pasos escalera abajo y me giro de nuevo hacia ella que está ya justo detrás de mí y me sorprende con un beso, pero no tan casto como el de antes. Todo a nuestro alrededor se para, escucho a tres pequeños pájaros cantar en mi cabeza, en algún lugar ahí fuera el tiempo se detiene para contemplarnos, todo es como un sueño.

Cuando este sueño termina, el mundo vuelve a girar, pero los pajarillos siguen cantando para mí. Lo último que veo antes de emprender definitivamente mi camino a casa son los ojos de Celeste clavarse en los míos rebosantes de ternura, su sonrisa inocente y su clara tez sonrojándose poco a poco tras retirarse de mis brazos. En ese momento aprendo a volar, aprendo a soñar, aprendo de nuevo a amar.

domingo, 17 de marzo de 2013

...


No regreses a la miseria
de enfrentar con tus ojos,
y en mi cabeza no resurge la alegría,
cual deseo me inunde con su gracia
y haga reír a toda la naturaleza
de separar dos mundos, a cambio de ver tal belleza

Que mis pensamientos me atosigan
sin darme claridad en sus mensajes
y el puzle que se ha roto
no encaja en mi mente, tanto que
las piezas, trizas son ya, polvo del dolor
y cubriendo mi lecho están.

lunes, 4 de marzo de 2013

Tecnicismos sobre la Ley Orgánica de Wert


Una  moderna ley orgánica de educación se está gestando mientras usted lee, en las vetustas raíces del país que mejor representa el valle de lágrimas que proclamaba Camilo José Cela. Es preciso ya que la vigente “no permite progresar hacia una mejora de los resultados”, redacta la fina prosa del ministro de educación José Ignacio Wert. Excusado bajo la “evidencia” de los “pobres resultados” recogidos sobre la media española por el informe PISA, se aproxima una vorágine de cambios en lo atañido al programa educativo, que sufrirá los resultados de la incesante y caballeresca búsqueda de la “competitividad de la economía”.
Sin indagar demasiado en las razones apeladas por el ministro propugnador, se debe sentir obligado a investigar en tanto que uno ansíe complacer y aplacar el espíritu de deseo informativo que reposa amodorrado. Con esta pasión se lee, por tanto, la “reforma prudente”, que con “diálogo abierto” o no, aguarda a ser aprobada. Con objetivos tan nobles como “abordar la disminución del abandono escolar”, siempre bajo las pautas de la Unión Europea, y los datos que arroja Wert, algunos no considerarán necesario analizar en mayor profundidad este decreto, pero yo, como seguro otros, soy a menudo poseído por la curiosidad cuestionadora que analiza pese a tal probable perfección que guía al dirigente en su magna obra de carácter público. No es, ante nada, una crítica gratuita, sino subvencionada y sustentada por la gracia del bien común, y no crítica, sino diferir provisional hasta que la conocida bondad sea revelada. Anunciado el aura de cambio, es preciso pues ser cirineo y colaborar con su aireo. Progresando a la “flexibilización de trayectorias”, podemos discernir este punto como un superlativo de la especialización técnica, a escoger con muy poquitas primaveras encima por el alumnado obligado entonces a seleccionar su destino venidero de forma ineludible. No da tiempo a detenerse, o podría quedarse fuera. La  “implantación de pruebas de evaluación en puntos críticos de cada etapa educativa” es un nuevo método de corte, quiero decir, regulación, para mantener la excelencia en los resultados hogaño tan importantes del informe PISA, valor de los mismos refutado en que se pueda recurrir a ellos para que no resulte extraña la renovación formativa que nos atañe. La “certeza” que ansía el notable ministro ocupará pues varias etapas, y no temerá ser precoz y súbito en el proceso de descarte. Se baja un poco la vista y puede así encontrarse la “Racionalización la oferta educativa” (¿?), que sin necesidad del “de” desaparecido en combate, se siente como una reiteración del anhelo de propagar el tecnicismo y la orientación, el proceso de fabricación en serie, si se prefiere, de cara al mercado laboral, como ya había expresado que deseaba anteriormente. En detrimento caen por tanto otras materias menos utilitarias, como la gramática. Que no pare la cosa, porque “la reforma contribuirá también a reforzar la capacidad de gestión de la dirección de los centros”, sin llegar nunca, podemos fingir, expresaría Descartes, es decir, imaginar, en este caso sin equivocarnos, a la intromisión atosigadora. El “rendir de cuentas” que será precisado no suena pesado ni imperioso. Al “desarrollo y apoyo” de las TIC y de la diversidad de lenguas, se añade también el de la Formación Profesional, que acarrearía la “adaptación  a los requerimientos de los diferentes sectores productivos” de los alumnos. Cualquiera podría pensar que la urgencia aquí acompañada por plañidos de colocar un desfibrilador al tecnicismo práctico es la que precisa un paciente terminal con abulia. Sin embargo, sin desear entrar al juego del juicio parcial, si tal cosa es posible, continúo mi ininterrumpido citar, tras haber degustado el anteproyecto. Tal proyecto es el de “mejorar”, como reitera hasta la extenuación el sensacional ministro, la ley educativa. Es entendida así por tanto la preeminencia de la mejora de los resultados de tal sistema, primando, para algunos irremisiblemente, sobre lo que conocemos como individualidad o consideración al sujeto único y concreto. Debe de ser el precio. Sobre las modificaciones a tratar, es destacado el escaso tiempo reservado para las lenguas cooficiales, de únicamente una décima parte  del total, y que, una vez que la ley sea admitida, “sólo se utilizarán como apoyo en el proceso de  aprendizaje de la lengua extranjera”. Así mismo, el espíritu tecnicista retorna a ser apoyado hasta alcanzar esplendorosamente su auge, con la más magna ilusión, ya que en la educación primaria, “las áreas que tengan carácter instrumental para la adquisición de otros conocimientos recibirán especial consideración”. Preciso es descubrir además el sistema de revalidas que conducirán a los alumnos a desenvolverse de nuevo si no se instruyen correctamente, no abandonando la educación primaria, en tercer curso, específicamente. Tales pruebas de valor a las que se hallarán expuestos los alumnos, acompañarán a la política de “diagnósticos precoces” que serán desempeñados en esta etapa. La orientación pedagógica y la valía serán puestos a prueba poco después de que los escolares aprendan a andar, pues el longánimo ministro ya los considera a tan tierna edad cuajados y a punto de tales tentativas. El “establecimiento de mecanismos de refuerzo” resulta incluso bondadoso e innecesario ante mencionada realidad. Seguimos disfrutando del escrito y llegamos inexorablemente a la educación secundaria, que se separará en dos trayectos distintos; uno de “tres años académicos”, y otro “con carácter propedéutico de un año académico”. En el mismo ámbito, destaca la existencia de dos distintos niveles de matemáticas por los que decantarse a partir de tercero, siendo estas las “académicas” y las “aplicadas”. En el camino general que se crea de las académicas, subyacen las Ciencias aplicadas a la actividad profesional, las Tecnologías de la Información y la Comunicación, además de “una materia optativa” en cuyo ofertado “deberá incluir la materia de Iniciación a la vida laboral y la actividad emprendedora”. Sin sonar demasiado rayado, se distingue más especialización temprana y mayor preparación para el mercado laboral. No nos mintió al enunciar sus intenciones al inicio del artículo. No por ello sería apropiado denigrar la educación a una herramienta de fabricación y pulido, sacrificados otros valores vitales, como por seguro no hará el ilustre ministro.  La “educación cívica” a impartir “en todas las áreas” implica connotaciones sin duda más sofocantes de las que Wert pretendía. El Griego, apretado como, precisando colocar un símil, tal educación cívica, queda suprimido de esta etapa y solamente será opcional en el Bachillerato de Humanidades. La asignatura de Cultura Clásica o la de Ética tampoco aparecen señaladas en el anteproyecto. Carecen de eficacia en el mercado técnico. Promete también, como profilaxis a las fallas que los propios humanos puedan provocar en el perfecto sistema, “medidas de refuerzo” para que “todos los alumnos” superen esta etapa. Pese a ello, se incorpora la necesidad de superar la prueba de corte de este ciclo para obtener su título correspondiente. Se tornará “necesario” este “certificado de estudios cursados” para acceder a Bachillerato, solamente si es de enseñanzas académicas, a FP de Grado Medio, únicamente si es de enseñanzas aplicadas o, sin distinción, para una enseñanza postobligatoria. Señalar especialmente que el numerito de la calificación obtenida constará en el título. Los que queden atrás no marcharán con las manos vacías, pues recibirán una certificación en la que aparecerán reflejados los años cursados y “el nivel de adquisición” de los objetivos alcanzados. Tanto en esta área educativa como en la Primaria, y el Bachillerato, se emprenderá el ambicioso proyecto de desplazar el castellano y las lenguas cooficiales al de medio de soporte para aprender la lengua extranjera, lo cual precisará de una completa y lenta renovación del cuerpo docente.  En el paso, entonces, a la elaboración del plan para Bachillerato, como ya se ha mencionado, la materia de griego se suprime en cuanto a obligatoriedad en el camino humanístico. Además, se reducirá el espacio dedicado a las materias filosóficas y será ofertada la alternativa de la religión. Se garantiza también intentar llevar a cabo, aquí y en el Grado Medio, un “reconocimiento” de los “estudios superados”, incluso cuando no conlleven titulación, por mediación del gobierno. De igual manera que en la ESO, se volverá obligatorio superar una “evaluación final” para obtener el título, que estará disponible por otra vía para los Técnicos de Grado Medio, con materias prácticas especificadas nuevamente por el gobierno. La inclusión de la calificación figurará en el documento.
Tal racha de viento áureo no ha complacido de forma absoluta a la totalidad de los que han indagado entre estas relevantes líneas. Estos críticos, sorpresivamente, no consideran libre de falta cometida a la enmienda que funciona como asunto principal de este artículo. Afligidos por la reforma, el zaherimiento que se distinguiría en algunos artículos es poca cosa a comparación de la calumnia constante que se ha desencadenado en la escena pública y en los círculos de intelectuales. Desmedida cifra de quejas es la presentada por los humanistas respecto al topetazo que ha sufrido esta selección, y concretamente el griego. Socarrón resulta el destino de la filosofía, cuyos valedores defenestraban esta ley. En el segundo borrador, es inevitable condolecerse ya que fue víctima de un asalto directo, y se punzó hueso cuando se optó por convertirla en una alternativa a la religión católica. Cierto es que a la religión, sin un análisis intenso, no la vemos participar del tecnicismo que ahonda en esta ley. Sin embargo, tal función práctica bien podría ser considerada como anuladora de la filosofía, según los paladines de la materia.

martes, 26 de febrero de 2013

Meditaciones II

- Mil experiencias has de pasar hasta poder comenzar a avanzar.

- El que poco desea corto se queda .

- Solo a martillazos sobre nosotros mismos mediante el paso de la vida conseguiremos ver el diamante en bruto que hay en nosotros y solo si somos inteligentes sabremos pulirlo .

- El que pone empeño , energía y  tiempo doblega las adversidades a su voluntad.

-El hombre virtuoso y feliz tiene mil frentes abiertos.

- El que se siente solo o se ha sentido solo alguna vez en la vida se ha olvidado de sí mismo.

- En la vida hay dos tipos de profesores. Unos enseñan , y otros ENSEÑAN  de verdad.

- El filósofo es como una mula. Por una parte sufre y lleva una gran carga. por otra es lo suficientemente cabezota como para no querer soltarla nunca .

Meditaciones parte I

- La prudencia sin estar acompañada de la estupidez quita la sal a la vida.

-No es más feliz el que más sabe o comprende sino el que más lo desea.

-En el momento que una madre se enfada el mundo puede empezar a temblar.

-Si le das cariño a un perro una sola vez , él te dará su vida.

-El que sufre mil penurias y tropieza cien veces y tiene el valor de seguir será imparable.

-Por norma general solo uno mismo conoce su verdadero talento y desgraciadamente pasa desapercibido ante los ojos del resto

-En la vida hay personas que se nos presentan y van desapareciendo bien porque nuestro camino sigue un cauce distinto o el suyo ha llegado a su fin , pero lo importante es haber estado con ellas y haber disfrutado de su compañía el máximo tiempo posible , por ello debemos aprender su valor para nosotros como si de un tesoro se tratase.

-Lo que una madre enseña para toda la vida se queda .

Mad World


La vida es para sufrir
La vida es para llorar,
La vida es para sentir,
Cuantas puñaladas te dan.

La vida miserable es,
Para que tenerla más,
Porqué la muerte suena tan bien,
Cuando ves lo que la vida te va a amparar.

Cuantos días he llorado en mi secreto,
Cuantos meses he escuchado ese lamento,
Y el grito de mi cuerpo,
Pidiendo piedad
Pidiendo que no le torturen más

¿Por qué no dejarlo descansar ya?
¿Por qué no terminar con su tortura?
¿Por qué no he de finalizar con ésta horrible vida y su locura?

Es hora de terminar
Es hora de acabar
Con la vida miserable que Dios me tuvo que dar.

jueves, 14 de febrero de 2013

Reflexiones de febrero



Ya está aquí el 14 de febrero, el día de San Valentín. Ese día que la gente juzga como extremadamente comercial, al igual que se piensa de la Navidad. No les quito la razón. En parte pienso lo mismo, pero no todo en ese día es simplemente consumismo puro y duro, o en el caso de la Navidad varios días. En un mundo cansado, huraño e individualista incluso hasta en las relaciones familiares y amorosas no viene mal un día en el que demostrar que tu pareja o tu familia, si la tienes, realmente te importa. Puede que se aprovechen de esas fechas para vender más, pero la gente no se queda con el hijo que se pide unos días y vuelve a casa desde su trabajo en Sidney o la pareja que por algún motivo no puede pasar mucho tiempo juntos y aprovechan este día como excusa para poder estar juntos y disfrutar el uno del otro.  Puede que al día siguiente no puedan ni pasar cinco minutos juntos, pero nadie podrá quitarles ese día. O el joven que prepara durante meses una velada inolvidable para su pareja. Eso es con lo que me quedo yo de estos días, el consumismo es secundario, no se debería hablar tanto de él, sino que se debería pasar de él, no hacerle caso a tanto anuncio succiona-cerebros. Es un día en el que el protagonista debería ser el amor por otra persona, no por el regalo que recibes, que parece ser lo que sucede. Mejor dejemos este asunto, no tiene tanta importancia como para seguir dándole protagonismo aquí, el protagonista es el amor y punto. Volvamos pues al meollo, el día de los enamorados.

También, aunque no tengas pareja, este día te marca. Te hace plantear muchas cosas, sobre ti, sobre tu entorno. Si ya estás enamorado, te hace reflexionar sobre cómo poder dar el paso, dejar atrás todo miedo y lanzarte a la piscina, haya o no haya agua. Admiro a esa gente, yo soy incapaz. Aunque me digan que es seguro que hay agua, aunque el trampolín sea bajo, no me tiraría, mi miedo es mayor que yo en ese asunto. Sé que lo soy, pero no puedo poner remedio a ello, sólo saltaría si me empujaran,  e incluso mientras caigo y veo el agua, dudaría de caer a salvo. Algunos me llaman precavido,pero esos son los menos, todos los demás me califican con una palabra que empieza por "g-" y acaba por "-ollas", sé que no es un reto mental completar la palabra. Pero mi cobardía extrema no es el objeto de mi escrito, sólo es un condicionante. Con la llegada de este día me he planteado muchas cosas. Puede que en todas ellas me equivoque, pero de momento son lo único que tengo.

En los últimos días he llegado a la conclusión de que estar enamorado puede ser bueno, pero es tóxico. Hace que no duermas, que no te centres, que descuides tus obligaciones y que te pases el día soñando despierto pero, con suerte, el resultado puede ser muy positivo. También puede ser negativo, pero mejor no deprimirnos e imaginar que esa opción no existe, ya que si piensas en esto nunca darás el paso, hablo desde la experiencia. Sueñas despierto, todo el día, mientras lees, mientras intentas estudiar. Sueñas con esa chica, con poder abrazarla, con poder pasear junto a ella, hablar hasta altas horas de la noche, mirar sus dulces ojos y no cansarte nunca de mirarlos, hacer desaparecer todo mientras estás con ella y que todo el mundo se pare para ambos, discutir agradablemente sobre algo, que te diga cualquier cosa y, tras callarla con un beso, lo repita sólo para que la vuelvas a callar de igual forma, sueñas muchas cosas.

 Puede que este asunto en otro momento no tenga tanta repercusión en mí, pero llevaba muchas horas de desvelo pensando sobre esto y creo que escribir esto es la única manera que tengo de sosegarme, al menos un tiempo, hasta que este fantasma vuelva a mí para despertarme y hacerme descuidar todo lo que debo hacer. Es más, este escrito tiene como misión librarme de estos problemas y no sé si alguien llegará a leerlo alguna vez, aún lo estoy decidiendo. Si alguien está leyendo esto, le pido disculpas  por soltarle este rollo sobre mi vida y mis sentimientos. En fin, al menos tras escribir esto podré volver a ser eso que habitúo ser, aunque tanto eso que  se ve como esto que reflejo en mi escrito y que suelo ocultar son sendas caras de una moneda, la moneda de mi vida.