domingo, 30 de diciembre de 2012

2 caras



Viéndome sumido en mis pensamientos sentado en mi sillón miraba fijamente el espejo que con tanta claridad reflejaba mi oscuro pasajero . Miraba hacia el espejo y me veía a mi mismo sin mirarme , a mi mismo sin ser yo en mí , a mi mismo sin estar en mí….
El cansancio de mi cuerpo solo me daba la fuerza suficiente para mantener entreabiertos mis párpados que con tanto esfuerzo  se mantenían en la fina línea de la cordura en la que se encontraba mi mente . Miraba hacia el espejo y  de pronto el ser el otro lado que era mi otra mitad mi otra cara mi otra vida, se levantaba y se acercaba hacia mí …
La euforia recorría mis venas , el dolor mi cabeza y el miedo mi alma porque sabía lo que me diría sabía quién era yo y quien quería ser, era el reflejo de lo que yo  nunca pude ser , la parte fuerte de mí mismo , el león de mi interior , la sombra que acecha mis sueños y pesadillas…
Ahora que se ha posado al lado de mi oreja , se inclina y me habla, me habla con una voz sosegada y tranquila pero siempre , siempre me intimida…. Se acerca más aún y me susurra aún más cerca y vuelve a repetirme….
-Cuando duermas yo saldré, saldré y te devoraré , te encerraré y no saldrás jamás, porque yo soy el verdadero , el fuerte , el eterno….
Yo todavía sentado en mi sillón clavé mi pupila en sus ojos, en sus negros ojos llenos de algo especial , ¿ Tal vez de ira ? , no lo creía sin duda era algo oscuro algo que no podía verse hasta la parte más profunda.
Y ahora que me despierto de mi pesadilla , me levanto del sillón y me dirijo hacia el dormitorio donde veo el cuadro donde aparezco con mi familia. Y allí en el retrato me hallo sentado en mi sillón con mi familia pero no soy yo y tampoco estoy allí pues en mi rostro descubro sus negros ojos que yacen recordándome para siempre que estoy allí sin ser yo y que no soy yo el que un día fui.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Anotaciones (I)

Es muy pronto para mí para aseverar verdades irrefutables en lo referido al conocimiento. Pues me considero inmaduro y falto del saber necesario para instruir sin que surja la duda en mi fuero interno. Por ahora, voy a limitarme a proseguir analizando a las autoridades del conocimiento occidental, aquéllas que debieran orientar y no conducir por el camino equivocado, pues aún con fallas crean adeptos, sirven de inspiración y por tanto sus tesis desembocan en una cadena de acciones que atraviesa épocas y afectan a muchas existencias aún a tiempo presente. Asociaré también otros términos que considero estimables y les dedicaré una insignificante valoración. Esta es únicamente una mera exhortación que ha de servir de material dispuesto para analizarme en una ocasión ulterior. 


El bien. Empezaré tratando de analizarlo como objeto. No es algo físico. Ni siquiera sé si existe. O si puedo percibirlo. Es, al igual que distintas e infinitas cuestiones filosóficas, un objeto de duda que causa disconformidad y llega incluso a molestar a todo aquél que lo plantee. Como tema fundamental, lo trataré en particularidad más adelante.     


Platón asegura, en la búsqueda de una respuesta general y absoluta, que las Ideas representan tal totalidad. Aunque en sus inicios prometía que la respuesta parte de nuestro pensamiento, y no es definitiva, sino un alto en el camino; se contradice de manera esperpéntica. Promete la existencia de una definición para un ideal intangible como es el bien, la justicia, o el amor, mas, para comenzar, no puede hallar su percepción en él, y más adelante se decanta por tratar de obtener la respuesta fuera de él, empleando una herramienta con base en su propio interior, la razón. Esta ya conoce todo y por tanto sólo requiere recordar los valores.


Aristóteles, que, justo al contrario, pretende basar todo nuestro conocimiento en la experiencia, también trata de obtener una definición lingüística al uso. Resulta hasta cierta medida, comprensible. ¿Acaso es posible analizar nuestra realidad con un instrumento distinto al lenguaje? ¿Y podemos hacerlo nosotros? Sin embargo, ¿Cómo podemos sugerir una definición para lo llamado conceptual, si no podemos acceder a ello, y por tanto, comprenderlo?


Hasta Spinoza, ningún pensador osa considerar a los términos como definiciones que no pueden aplicarse a las realidades. Respecto a la ética de las cosas, propone el vacío de positivismo o negatividad, e introduce la idea de interés. Curioso que Aristóteles no pudiera ver esto,pues para él, el bien era felicidad. Resulta irrebatible: si marchamos en pos de nuestra felicidad, somos interesados. No importa lo buena que parezca la acción, se estima a través de nuestro juicio parcial. Spinoza arroja la idea del bien, como harían más tarde otros. Se antoja comprensible considerar innecesario el valorar estos entes abstractos con nuestra percepción.


Yo me rehúso a eliminar tales conceptos. Claramente no podemos percibirlos con totalidad, pero no hay pruebas fehacientes de que no existan y no podamos llevarlos a cabo. Esto puede ser considerado en este momento una creencia por mi parte. Yo, que he negado desde que poseo memoria la utilidad de unas creencias, un punto de partida, profeso la fe de la presencia de algo que quizás no podamos captar, pero que existe y sería asimilable con otros métodos de percepción. ¿No existe otra respuesta?


De modo que si persistimos en eliminar lo abstracto, suprimimos también el libre albedrío, pues sólo mediante lo abstracto podemos explicar algo indefinido, como la libertad. Incluso casos como las diferencias entre el individuo y el colectivo se pueden explicar de forma concreta. Pues el individuo es un ser diferente a aquél que predomina en el colectivo, y por tanto, es evidente que actuará de manera distinta. Y no por ello se hallará en menor medida predeterminado respecto a sus acciones. Será esclavo de su noción de libertad. Y para escapar de esta tesis, hará lo que sea. Ya que aceptar nuestras acciones, y todo lo que somos, como resultado de meros impulsos, resultaría devastador.


Aquí tiene cabida, cuestionándonos la completa libertad del humano, mencionar a los existencialistas. La independencia del ser humano, teórica o real, suele atemorizar a personas con un juicio basado en un modelo de estado de los que ha conformado tradicionalmente nuestra historia y emociones operativas. La vesania puede poseernos en cualquier momento, y aquello que se considera irracional sería siempre válido. 


Este pánico hacia la libertad no es compartido por los existencialistas, para los cuales valorar el bien absoluto cuando entra en juego algo como la libertad es sencillamente absurdo. La integridad de las acciones están permitidas si somos libres. No se puede valorar el bien o el mal.Ya que las explicaciones racionales suprimen la proposición de la libertad del hombre. También, si todo tiene una causa, es parte de un plan, un conjunto, un orden, un todo. No hay cabida para la individualidad si todo tiene una justificación basada en la causalidad.


Hay motivos razonables por los cuales la posición existencialista puede considerarse de mayor validez. Para los racionalistas, las causas desembocan en otras y acaban formando la realidad, disponible en su totalidad para nosotros. Es una explicación simple, demasiado simple. Nuestra realidad pasa por unos filtros y apenas disponemos de una nimia porción de ella. Adquirimos una información acerca de nuestro mundo y nuestro interior refleja unas sensaciones que representan las cosas. Y en nuestro contacto con el mundo, no podemos desprendernos de dicha cognición. Captamos la existencia, pero no la naturaleza de aquello que alcanzamos a notar. Pues observamos patrones que no alcanzan a ser absolutos. De ahí que sobre la naturaleza de las cosas sólo podamos conjeturar. De momento.



¿Qué hay de nosotros? ¿Puedo conocer mi naturaleza? Prosiguiendo entre los racionalistas, para Descartes nos imaginamos distintos a lo que somos; podemos ser independientes del cuerpo y de nuestro pasado, así como de las cosas materiales. Ser, en definitiva, la mente, el ente pensante. ¿Pero acaso no se encuentra la mente también sometida a cambio y depende del cuerpo? ¿Qué permanece entonces? Locke retoma la conciencia, la memoria del pasado despreciada por Descartes, y asevera que es lo que nos hace ser las personas que somos. Podría aceptar esto, y aún restaría descubrir la base de tal reminiscencia en nosotros. Pero no es posible. La ciencia contemporánea nos da razones para dudar de Locke retomando las sempiternas presentes capacidades innatas. Estudios actuales arrojan resultados referentes a dispositivos congénitos destinados a la toma del lenguaje en los humanos. El inconsciente colectivo igualmente habría de formar parte del ser, sin que tome lugar la experiencia.


Aquí debo aclarar que elementos como la cultura y la consecuente educación de una persona no pierden su relatividad por el nacimiento con una u otra singularidad. No me parece razonable descartar las experiencias, el pasado y su influencia meramente por las tendencias de las que disponemos desde un comienzo. Sin ellas, queda absolutamente probado que nos convertimos en otra persona que modifica sus acciones a nuevos principios, creencias y convicciones, aún con la intervención del instinto.


Ahora bien, la naturaleza humana ha permanecido casi inalterable, en distintas culturas y sociedades, y no seré el primero en cuestionarme si todos los actos humanos giran en torno al provecho y bienestar propio. O al del clan, en los casos más tristes y trágicos. Aquí es vital el conocimiento. Sin importar el modo de obtención, reaccionaré gracias a él de una manera u otra. Si no, estaré condenado a realizar las mismas acciones predeterminadas que ya han efectuado otros de similar índole. Sin conocimiento, pues, no puede hallarse la libertad en acto puro. Y tampoco hallamos los conceptos abstractos causales y subordinados al orden, como el bien, el mal, o el interés. No se pueden discernir y aplicarlos a la realidad, sin poseer conocimiento. Quien no posea conocimiento actuará, pues, por instinto, y siempre subordinado a sus propios mecanismos. Se esclavizará a sí mismo y construirá los barrotes de su propia prisión.


No es de sorprender por consiguiente que cada cultura haya ejercido una función de corte en el conocimiento que puede obtener cada humano. Quizás la razón por la que el ser humano apenas ha variado es la estructura misma de la sociedad, que siempre se ha asentado sobre la sangre de colectivos desechables y fácilmente manejables. Puede que haya movilidad, pero los humanos tememos el cambio y nos defendemos ante él. Sobre todo si nos hallamos acomodados. Es bien sabido que una población con conocimiento no pediría el poder; sino que lo tomaría. La subordinación, en este caso de otras existencias, se torna necesaria para mantener la jerarquía y priorizar la libertad de unos sobre otros. Aquí se crean ilusiones falsas como los nacionalismos y las religiones, que vienen a imponer un orden no basado en la libertad, sino en el miedo, en el odio grotesco e irrisorio a desconocidos, y en el sustento del colectivo privilegiado, que no deja de ser un engranaje más a esferas superiores.



Este es uno de los temas en los que más me gustaría expandirme. El demonizado conocimiento, si lo perseguimos, nos otorga libertad, y los fundamentos de las cosas abstractas. Notad que separo la libertad de estos elementos abstractos, ya que la libertad no tiene causa ni mayor fin en sí misma que la propia libertad. Si la tomamos como base, es la que da sentido al resto de definiciones abstractas, ya que si no existiera, no tendría sentido plantearse el bien o el mal, y no sería posible curiosamente la existencia de la justicia, que es orden. La forma más perfecta de orden, eso sí; como nos ha mostrado nuestro pasado, este orden puede conducirse horriblemente mal. La libertad no tiene sentido como causa subordinada, pero si la elevamos a máxima causa, puede justificarse no sólo a sí misma, sino al resto de las definiciones abstractas y a su sentido aplicable en nuestra realidad.


Pero no podemos referirnos al conocimiento sin despertar escepticismo, pues hasta que no disponemos de él no estamos seguros de que lo atesoramos, y en ocasiones, ni de su existencia. Cierto es que el lenguaje quizás no pueda exteriorizarlo para otros con total precisión y quizás en este momento ni siquiera se halle en nuestro poder, pero eso no nos exenta de avanzar y reclamarlo eventualmente. La visión negativa de otros pensadores respecto a la imposibilidad de conocer se basa en la superficialidad. Es necesario investigar tanto como se torne necesario, bien hasta que nuestro tiempo vital lo permita o bien hasta que alcancemos la certeza. Ese es el camino de la perfección y de la libertad. Un ser que alcanzara el conocimiento y consecuentemente estos dos valores, superaría la definición de Dios. Porque sería perfecto, libre y real. Adicionalmente, sólo un ser perfecto es capaz de administrar justicia de manera absoluta, en cualquier época, situación y lugar. Respecto a los que se detienen en lo insustancial y no disponen del conocimiento y afirman que no es posible obtenerlo, he de sostener que no avanzaron lo suficiente y claudicaron.



Antes de que se me tache de dictatorial y despreciador del pueblo, y de que mi discurso se emplee con fines jerárquicos y opresivos debo aclarar que todo ser debería buscar el conocimiento y no con la finalidad de superar y dominar al resto, sino con la de colaborar con cualquier otro perseguidor del conocimiento. No tienen porque existir resultados de tiranía en la práctica. El iluminado debe conducir al resto. Y pese a usar esta terminología, debéis quitaros la Revolución Burguesa de la cabeza. Esta guía es desinteresada y no persigue intereses personales.


Había escrito anteriormente que no podemos obtener conocimiento definitivo, y sólo un ser que alcanzara la definición de Dios podría realizar tal gesta. Pero, ¿es posible que un día surja en la humanidad una existencia semejante? ¿Estamos limitados, o existe una evolución de la percepción? ¿Es la captación desarrollable?


Para Hegel, el cambio social es un proceso creciente y lineal que desarrolla la mente hacia la libertad, incrementando en este desarrollo el conocimiento que atesoramos de nosotros mismos. Afirma que la historia es la progresión de estos principios de libertad y conocimiento. Ahora bien, si nada me gustaría más que abrazar este pensamiento, resulta especialmente ilusionado, pues una tragedia bien podría cortar el desarrollo y devaluarnos nuevamente, como acaeció tras la expansión del cristianismo. Incluso pueden coincidir atrasos junto a avances. Basta mencionar como la revolución científica ha sido tristemente acompañada por el capitalismo. O como ocurrencias brillantes como las de Hegel han inspirado algo tan terrible y distinto a la racionalidad como fue el extremo nacionalismo alemán. Diferente es la propia evolución del individuo, diferente a la de la sociedad y el colectivo, y que por lo que sabemos, podría alcanzar la perfección en cualquier momento y situación.


Una vez más, debo insistir en que nada ha probado la limitación de desarrollo en el individuo. Tras todos estos avances, el mismo día de hoy podría ser concebido un ser con unos sentidos de mayor manera desarrollados a los del resto de su especie. Esta evolución, aunque se produzca quizás, citando a Schopenhauer, por la voluntad de sobrevivir y no por la de desear captar la realidad, bien podría regalarnos el total entendimiento. Ahora supongamos que nuestra persona no se halla tan evolucionada. Como bien indicaba el de forma habitual menospreciado Sartre, nuestra persona se encuentra limitada muy especialmente por fobias y en general el miedo. Esto, junto a nuestras posibilidades físicas nos limita. Para conocerlo todo, deberíamos llegar como mínimo hasta donde sabemos que han llegado nuestros predecesores y contemporáneos más brillantes, asumiendo riesgos que pocos quieren sobrellevar. Y por supuesto ni siquiera esto nos asegura la verdad. ¿Por qué debemos buscar el conocimiento entonces?


Porque el conocimiento otorga la justicia. Porque a partir de la justicia podemos saber definitivamente que es el bien, y con estas anteriormente denominadas ilusiones abstractas, nos libramos de luctuosas causas como los estatus sociales e ignoramos la competitividad. No nos urgiría demostrar ninguna de las ilusiones de nuestro yo ni huir de la realidad. Hallaríamos la verdadera felicidad. Parece que al final no podemos librarnos del interés y alcanzar la completa libertad.


A esta teoría del conocimiento Nietzsche soltaría las carcajadas más estridentes, pues para él, tanto el individuo como las civilizaciones pueden soportar hasta una medida el conocimiento, y superado ese umbral este se tornaría dañino y acabarían colapsando. Y bueno, el humor que le produciría sería comprensible, pues Nietzsche al afirmar esto no veía más allá de las civilizaciones y los individuos débiles predominantes en nuestra historia. Recordar que él irónicamente creía en el humano "más allá del hombre", capaz de formar su propia ley única e individual; una justicia más allá del bien y del mal. Sin embargo, aunque abandonó la religión jamás se libró del espectro nacionalista, pues incluso se inclinó al final de sus días por declararse polaco cuando dejó de creer en la Alemania nazi, antes que abandonar algo tan carente de sentido como la nacionalidad.


Tampoco se preocupó demasiado por la cuestión social, desde luego. Se centró mucho más en la autonomía del individuo. La élite ignoraría de forma completa la moral. Aclaro que su obra se interpreta de una manera mucho más agresiva hacia los demás a como en realidad era, y existe un componente, entendiendo nuestra propia debilidad y adoptando la compasión, que desgraciadamente no tomaron los nacionalsocialistas. Incluso resta importancia a la verdad, si ésta ocasiona daño en nuestras vidas. Ante todo, le arrebata valor a lo que no favorezca a la vida.



Le he dado tanta importancia a este tema del conocimiento y a como afecta nuestro desarrollo, porque lo considero un instrumento vital para mutar nuestra realidad. Porque no nos limitamos a conocer y observar, sino que entramos en contacto con otras existencias que también poseen un carácter modificador, de las cuales nosotros tenemos el mayor poder consciente. El conocimiento hace posible la existencia de la libertad para elegir. Nos concede la posibilidad de revolver lo natural y crear nuestra propia naturaleza, permitiéndonos resolver todo conflicto que nos afecte como deseemos.

No alcanza, sin embargo, con disolver los dilemas de carácter personal. Despachado el disgusto particular, las faltas y taras de la naturaleza y en especial, de la naturaleza común humana, la sociedad, siguen sucediéndose indistintamente a nuestra epifanía particular.  Es más, aquél que alcance dicha en un contexto semejante, es a mi más ver un necio, un escapista, o un cobarde que quiere engañarse.



Ahora bien, no todo dilema filosófico es tratable empíricamente, pues el desarrollo de la ciencia experimental no va enlazado al de la ética, y en relación a esto recalco la imposibilidad de obtener una libertad y un orden reconciliados sin una transformación del pensamiento genérico humano, que es defectuoso, inconsciente y apresado. Ni el análisis de la realidad puede realizarse confiando en una sola rama de nuestro saber, ni es aconsejable hacerlo.


Para proseguir en lo que atañe a la epistemología examinaré a Wittgenstein. Es ineludible su teoría en la que identifica los problemas filosóficos irresolutos como confusiones lingüísticas. Para él, debemos adecuar nuestra notación para que no exista duda lingüística. Y lo tenemos todo hecho, porque ya tampoco habrá duda filosófica. ¿La certeza de que nuestro mundo es real? ¿La raison d'être de todas las cosas, individualmente? ¿La justicia ética? No parece tan simple.


Cierto es que comentó sobre la ética (y la estética), apartándola claramente del resto de la filosofía; "el hecho de que no podamos hablar de ellas no les resta importancia". "Todo lo que puede ser expresado en absoluto puede ser expresado claramente, y sobre aquello que no puede ser expresado debemos guardar silencio." Esta proposición declara una neutralidad alarmante, que margina cualquier acercamiento a aquello que plantee siquiera una sola duda para ser definido en cualquier condición y lugar en el campo ético. Se aleja y rechaza con pavor la aplicación práctica. Posición ciertamente huidiza. ¿Cómo podemos enseñar (adiestrar,en lenguaje de Wittgenstein) a un infante un valor ético, si no se puede expresar con el lenguaje? Pues muchos elementos de nuestra realidad quedarían inconclusas al verse imposibilitada su entendimiento mediante el lenguaje. Si bien no escatiman las enseñanzas que obtenemos de dicha manera, la experiencia empírica no lingüística se torna imprescindible para alcanzar una porción del universo, y en especial, para comprendernos a nosotros. Dejar inconcluso, en punto de espera a todo el conocimiento mientras intentamos resolverlo con el lenguaje es inviable para la propia curiosidad humana.



Queda inconclusa la cuestión sobre la naturaleza humana. No tenemos esencia. ¡Y eso es grandioso! Porque podemos tomar decisiones. No necesitamos justificar nuestra existencia. Cualquier decisión, incluso la fútil, confirma la libre voluntad. No importa lo que nos suceda. Nuestras limitaciones, incluso si somos aplastados y derrocados en el camino por el que nos decantemos. ¡Mientras elijamos, nuestra existencia tendrá un significado!

lunes, 17 de diciembre de 2012

Canciones


¿Qué sería de nosotros sin la música? ¿Qué escucharíamos en el coche, en la calle o en los anuncios que no fuera una canción? Las canciones forman parte de nuestra vida. Algunas expresan lo que sentimos cuando estamos deprimidos o enfadados y otras nos sacan de esos estados y nos dan una sensación de felicidad indescriptible. Hay canciones que inspiran un poema, una historia (como es mi caso), una declaración de amor, una revolución…

Imaginad por un segundo vuestra vida sin una sola canción que cantar o bailar estando solo en casa, sin una canción que compartir con alguien, sin una canción que escuchar para recordar algo o a alguien. Imaginadlo, os doy un momento para hacerlo. ¿Ya? ¿Qué tal? Creo que la palabra imposible se quedaría corta.

A lo largo de nuestra vida escuchamos miles, millones quizás, de canciones. Algunas las odiamos, otras nos son indiferentes, sin algunas no podríamos vivir, otras que se olvidan y, cuando se recuerdan, vuelven a tu mente retazos de tu vida que te hacen reír o llorar y que te dan la oportunidad de comparar pasado y presente, canciones que cambian tu vida.

Por todo esto arriba mencionado me he propuesto un pequeño reto. Intentaré contar una pequeña historia colando entre las líneas nombres de canciones que han marcado mi vida (la mayor parte traducciones de títulos en inglés). Mientras que algunas son muy conocidas otras no tanto. A renglón seguido os dejo este pequeño experimento literario. ¿Cuántas sois capaces de reconocer?

Es mi primer día como taxista en un pequeño pueblo cuyo nombre no desvelaré, aunque muchos dicen que en cuanto a belleza está en la cima del mundo. Empieza mi jornada y, de momento, no he tenido ni una sola carrera, yo soy un pasajero, el único que hasta este momento ha tenido mi taxi. Es nuevo y recién salido del taller donde lo han pintado. Tras haber vivido la buena vida durante mucho tiempo decidí, antes del final del verano, que era la situación perfecta para dejar de ser un alborotador y que era momento de mirar alrededor buscando un buen trabajo. Como me dije es el final del verano y aquí estoy, con un trabajo de taxista en una autopista hacia el infierno, porque hace un calor que no me extrañaría ver puentes ardiendo. Aunque el coche tenga aire acondicionado prefiero llevar las ventanas abiertas, con el viento silbando en mi oído y susurrándome “tú vas a llegar lejos, chico”. Sorpresivamente, oigo que algo no va bien en el coche y me echo a la cuneta. Las ruedas traseras se han pinchado, así que pido ayuda por radio y me dicen que la ayuda ya está en la carretera y que vuelva al aparcamiento de la empresa a coger otro taxi. Como la grúa que recogió el coche no me deja allí tengo que caminar y, tras casi una hora de caminar en las sombras debido al sol, llego al aparcamiento. Allí más de una docena de coches me mira con sus faros. Esa compañía tiene la costumbre de pintar el capó de sus taxis con un color verde casi radioactivo, del que hace daño al mirarlo por lo mucho que brilla. Me dan unas ganas terribles de pintarlos todos de negro. Mi jefe  entonces sale de su oficina y reconoce que el coche averiado no debería haber salido hoy a la carretera. Me pide disculpas y me entrega otra llave. Me monto en el coche al que pertenece la llave, la meto en el contacto (la llave), y arranco. Mi jefe se acerca a la ventana y me dice que ponga mi licencia en el salpicadero (normas de la empresa) y que tengo que ir a la calle Panadero. A toda marcha salgo del aparcamiento y emprendo mi largo camino a la perdición (quizás sólo diga esto porque estoy muy enfadado, en el fondo me gusta el trabajo).

Tras un largo viaje llego a la Calle Panadero, paralela a la Calle Agricultor (así son los de mi pueblo poniendo nombres a calles). Desde la otra punta de donde estoy, unos trescientos metros, una chica me hace gestos, debe ser mi cliente, quizás haya reconocido el taxi por su discreta pintura frontal. Al llegar a su altura abro su puerta y saludo con toda la amabilidad que mi enfado me permite. Cuando se acerca veo que tiene una maleta, la coge y abre la puerta trasera para poner allí su maleta. Hecho esto, se sienta en el asiento del copiloto y me sonríe a la vez que me saluda e indica su destino. Eso no hace para nada que mi enfado disminuya ya que apenas he reparado en su presencia, en mi mente sólo veo el coche parar en medio de la carretera, la única mujer en mi cabeza es la señorita tristeza. A pesar de mis malos humos, mi acompañante intenta abrir una conversación.

 - Bueno. ¿y cómo te llamas?- ella pregunta, yo sólo contesto señalando mi licencia en el salpicadero.- Vale, pues, hola Johnny Park. ¿De veras te llamas así?

 - Sí.- Por fin me digno a abrir los labios.- Mis padres son ingleses. ¿y tú? ¿Cómo te llamas?

 - Celeste, mis padres eran hippies.- Este comentario me sacó una sonrisa.- ¡Anda! ¡Pero si sabe sonreír!

 - Digamos que para ser mi primer día he empezado muy mal...

 - ¿Soy tu primera pasajera?

 - Sí, pero antes de este taxi ya he tenido otro, me habían dicho que estaba nuevecito, pero a los pocos kilómetros me ha dejado tirado en la carretera, de ahí mi cabreo.

 - Vaya día, francamente malo ,pero como siempre decían mis padres "no te preocupes, se feliz"

 - Seguro que a tus padres nunca les dejó tirados su furgoneta camino de Woodstock o algo así.

 - No lo sé, pero cosas más han ocurrido a muchas otras personas y no por ello estaban de tan mal humor.

 - Vale, lo siento. Seré más amable. Dime, Celeste, ¿cuál es el motivo de tu viaje?

 - Una ruptura. Era cuestión de tiempo que rompiera con ese estúpido, sólo dos meses de convivencia me han bastado para ver su verdadera cara. No ha sido por una gran cosa, sino por esas pequeñas cosas que, juntas, crean una razón mayor que cien cosas grandes.

 - Parece que ha sido un verdadero desengaño. Lo siento, tienes pinta de  ser una buena chica, de las que buscan el amor verdadero y esas cursiladas.

 - Pues como todo el mundo. ¿es que tú nunca te has enamorado, Johnny?

 - No, nunca...- digo, a pesar de que no me lo creo ni yo.

 - Personas como tú dan mal nombre al amor. Sabes que, yo  creo que ese colgante de un delfín que tienes no es algo que un chico como tú compraría motu proprio. Creo que es un regalo de alguna ex-novia por la que todavía sientes algo y cada vez que lo miras la recuerdas.

 - Sólo has acertado que el colgante es algo que me trae recuerdos, pero no me lo regaló una ex-novia y sí lo compré motu proprio,  cuando era pequeño. Es algo de mi infancia que encierra muchas historias que he vivido desde entonces hasta ahora, son recuerdos de toda mi vida.

 - Cuéntamelas, soy muy curiosa y necesito saberlo.

 - Pues mala suerte, ya hemos llegado a tu destino.

 - Jo... bueno, pues entonces me apearé del vehículo. ¿Cuánto te debo?

 - Dejemoslo en cinco, ya que has tenido que aguantarme el cabreo.

 - Vale, aquí tienes, que tengas un buen día.- Me tiende un billete y un papel. En ese papel hay un número de teléfono apuntado. Acto seguido, sin esperar a que hablara, coge su maleta y se empieza a ir.

 - ¡Espera!- Se gira con una sonrisa, expectante, y continuo hablando.- ¿Este papel es algún tipo de propina o algo así?

 - Si creías que te ibas a librar de contarme esa historia vas listo. Es mi número. Más te vale llamarme y contármelo o sino...- Sin acabar la frase se gira de nuevo y emprende de nuevo su camino.

Reconozco que yo pensaba que cosas así suceden sólo en sueños pero que, por muy surrealista que pareciera. había ocurrido. Aunque cualquiera puede tener un mal día en esos días es en los que más brilla un suceso como este.

Durante el resto del día no puedo parar de pensar en esa chica rubia, blanca como la nieve, simpática como Mickey Mouse tras fumarse un porro y tampoco puedo olvidar su maleta, que tenía unas alas de papel (como si fuera un ángel con ruedas) y el papel que me había dado. Dando vueltas en mi cabeza, la idea de llamar acaba por imponerse, no sólo porque Celeste hubiera llamado mi atención (que era también el caso) sino porque me había comportado como un borde con ella y quería resarcirme. Al acabar mi primera jornada como taxista me dirijo al piso que comparto con mis colegas, abro la puerta, cojo el teléfono y marco.

P.D: Si no os ha gustado la historia, cosa que no me extrañaría, os invito a expresarmelo personalmente, eso sí, a poder ser de forma no violenta.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El telar de la vida


Pasajero oscuro que rondas en las tinieblas de la noche, que suspiras a mis espaldas y conspiras contra mi conciencia mientras te deleitas con mi locura. Tú que gozas de mis dudas, tú que alimentas mi ira, mi ignorancia y mi sed de venganza. Tú que en mis sueños apareces y me arrastras al rincón más  oscuro del alma. Tú que te haces llamar amigo me has costado mi vida mientras me susurras y me pides que te deje salir una vez más para volver a acabar con todo .¿Cómo te atreves a intentarlo?
 No, esta vez no, ya no volverás a engañarme porque esta vez no seré tu presa, ni tu títere. Esta vez serás tú mi marioneta, y yo el titiritero que controla tus pasos y mueve los hilos de mi propia vida, porque ha si ha de serlo, ha si ha sido escrito no por el destino ni la fortuna, sino porque yo soy el arquitecto de toda esta estructura, dueño de mi propia voluntad y no de los sentimientos de la ira, ni de cualquier dogmatismo, pues todo es un telar y nosotros somos tejedores de el complejo tapiz que es la vida. 

corvus parte 1


Aquella noche lúgubre, mientras me deleitaba con un amargo relato, mis remordimientos y mi conciencia, envenenaban mi mente, suavemente sentí una sombra fría y tenebrosa. Me di la vuelta y no vi a nadie, volví mi vista a la lectura. Con cierto temor bajo la cara y con el orgullo perdido en la lejanía. A los pocos segundos algo golpeó mi ventana, me asomé para comprobar si de verdad alguien me rondaba. Abrí la ventana y asomé mi vista hacia la penumbra de la calle. Las gotas de la lluvia martillaban el suelo como mis recuerdos a mi alma. 

Dulce agonía, recuerdo condenado al dolor y a la muerte de mi alma en penitencia , para siempre fría , eternamente fragmentada de dolor y para el resto de mis días… tres fueron los golpes que oí nuevamente en la ventana, y mientras me intenté esconder tras el sillón asustado y aterrado, algo nuevamente golpeaba mi ventana . No sé quien sería, pues la ventana a ras del suelo oscura escondía tras la cortina, al extraño inclino que pronto aparecería
Nuevamente aterrado volví mi vista a la calle y mientras me daba la vuelta apareció una extraña criatura. Majestuosa y sombría posada en el retrato de mi difunta amada, primero sonreí por temer tal criatura alada  que ahora posa sobre el retrato de mi amada. 
El cuervo posado con sus negras alas y pico afilado se quedó mirándome y con cara burlona graznó -jamás volverá. Para mi asombro esa bella ave de aspecto tenebroso podía hablar, y yo ingenuamente pensé que sería un ave amaestrada, la miré y le respondí. – ¿jamás volverá quién? Y el ave me respondió – la dama que en tus días y noches te acompañó, y que en tus sueños ahora nada perdida y sin vida, ahogándote con pena y culpa de su pérdida y que nunca más volverás a ver porque no volverá nunca jamás. Caído de mi sitio por el asombro de observar tal criatura le respondí temeroso – Cruel criatura o demonio ¿Cómo osas perturbar la calma de mi alma? Yo te imploró que salgas de mi habitación y vuelvas a fundirte con la oscura noche para no volver a verte nunca más. A lo que el ave me respondió. –No volverá jamás.
 Furioso y asustado miré los negros ojos del pájaro, que seguía posado en el dulce retrato de la persona que más he amado. El pájaro inmóvil y estático me miraba con tono burlesco y con cara endemoniada, batió las alas y me dijo – la culpa te seguirá en muerte y vida , en la oscuridad y en la claridad del día , yo castigaré y atormentaré tu alma con el fin de hacerla mía. Y yo le respondí.-Diablo con alas, tú que me atormentas esta noche volarás y al amanecer no serás más que otra pesadilla. Y el diablo alado me dijo – Jamás.
 Yo no sabía si era realidad o fantasía, lo que si sabía era que ninguna pesadilla podría atormentarme tanto como para desear la muerte en vida para no sentir ni dolor ni alegría solo vacía, silencio y calma. El cuervo rió y dijo - Se lo que piensas pues todo lo que imagines o digas ya se me ha pasado por la cabeza , y mi respuesta a tu modesto pensamiento es que todo es realidad y no fantasía, y el dolor te seguirá toda la eternidad tanto en muerte como en vida , no podrás olvidar ni su dolor ni el tuyo pues ahora que lo sabes todo tu alma es mía y la llenaré de dolor simplemente por agrado mío con el que me deleitaré por siempre jamás.



lunes, 5 de noviembre de 2012

Vorágine


Es hora de una revolución
un conflicto de valores
una reticente resolución
aceptada, como parte de tu ser
¿Vanidad, el deseo de un gran final?


Dispón tus reglas,¡Rapidez!
sé irracional, sigue tu propio dogma
atosigada por el trauma de vivir sólo una vez
agitar, cambiar, protestar
cada existencia resuena con gran eco


Es hora de una revolución
al ritmo de una incasable voluntad
la más fuerte conmoción
es mi deseo pues todo
la reverberación de mis latidos va a truncar


¡Siéntelo!
Miedo, la dificultad, por supuesto
gánatelo
aún tienes que luchar
el mañana que ansías no acudirá por sí


Es hora de una revolución
una icónica personalidad
una delicada y fuerte canción
una libertad iluminadora y envidiada
emplea el método que se antoje necesario


¿Qué sentimiento acato?
Melancolía, eres regresión triste
desfachatez de autocompasión
¡No necesito de esto!
mi irrevocable tarea conlleva una felicidad, un destino mucho mayor


Es hora de una revolución
vais bien, pues ¡Paradoja!
no hay mejor sentido que la razón
venid, seguid esta inmensa marcha
no sois los primeros ni los últimos
solitarios en pos de un ideal

domingo, 4 de noviembre de 2012

las 24h más dulces (2ª parte)


  - Diego, ¿a dónde vas?

  - A la cama, ya es hora.

  - Pero, esta es tu habitación, ¿no?

  - Sí, lo es. Pero no te voy a hacer dormir en el cuarto de mi hermano, mi cama es más cómoda.

  - ¿Sería muy extraño si durmiéramos juntos?

  - ¿Sigues teniendo miedo?

  - Un poco, además tengo mucho frío.

  - Pero yo me muevo y hablo en sueños.

  - Tranquilo, si me molestas te echo de una patada.

  - ¡Anda! Nos ha salido graciosa la niña. Pues entonces duermes abrazada a la almohada. Adiós.

  - Espera. Si te pones así procuraré comportarme- y sonrió de forma dulce, se veía que realmente necesitaba compañía.

  - Está bien. Pero procura no darme patadas, ¿de acuerdo?

  - Es sólo si te mueves, jolín.

  - Ya, ya, así tratas tú a quien te da hospedaje...

Tras un intercambio de sonrisas, y después de recoger un poco el salón que le hacía falta, volví a mi habitación y, no sin cierto nerviosismo, me metí en la cama. Muchos otros hubieran deseado con toda su alma algo así, mas a mí me parecía muy violento. A ella también, pero el pánico había tomado el control y sólo buscaba a alguien que le diera seguridad. En ningún momento se me ocurrió intentar nada, absolutamente nada. Sólo me tumbé, puse mi brazo en la almohada y Marta me abrazó. Su cabeza descansaba en mi hombro. Su mano derecha reposaba encima de mi pecho. Era como un espejismo de amor, tan frágil que tenía miedo de moverme por si se volatilizaba en la noche sin dejar rastro. 

No moví ni un músculo, no hablé en sueños. La razón de esto: no dormí. Durante horas sólo contemplé su rostro durmiente con la luz de luna que entraba por la ventana. Ni un solo pensamiento en mi mente. Sólo su rostro, la Luna y el compás de su respiración sosegada. Para mí fue mejor que cien horas de sueño. Parecía estar soñando despierto. Aunque fuera un sueño incomodo era un sueño bello. Pasé mis dedos por su pelo, que aún seguía algo húmedo, y lo retiré de su cara, pues se le había resbalado por la mejilla y parecía molestarle. Así toda la noche. Así hasta las ocho y media, cuando decidí bajar a ducharme y desayunar, mi rutina de los domingos. Una ducha rápida y a la cocina. Como un buen anfitrión le preparé a Marta el desayuno también. Tostadas de pan de molde, mantequilla, mermelada y zumo de naranja. Lo puse todo en una bandeja y lo subí a mi cuarto. Marta seguía en los brazos de Morfeo. Ahora su rostro era iluminado por los primeros rayos de Sol en aquella mañana tan bella. Aunque estaba muy nublado y el Sol asomaba tímidamente por un hueco de las nubes. Era como un foco celestial iluminando su carita de ángel.  

Sin embargo, por muy bonita que fuera la imagen, tenía que despertarla. No sabía cómo hacerlo sin ser brusco. Normalmente no despierto a gente, y cuando lo hago es de una colleja o un grito. Sí, así de delicado soy. Obviamente no iba a hacer eso. Las tostadas se enfriaban. No me decidía. Mi reloj dio con la solución. El pitido que marcaba las nueve la despertó sin necesidad de mis “cariñosos métodos”. Con el pelo algo enmarañado y bostezando abrió los ojos mientras se estiraba. Le di los buenos días, ella hizo lo propio y le tendí la bandeja. Se sonrojó un poco y me dio las gracias con una sonrisilla tímida. En el fondo yo estaba igual que ella o peor, pero procuraba no mostrarlo mucho, como siempre hacía.


Con la bandeja encima de sus piernas y con ese medroso rayo de Sol iluminándolo todo, Marta desayunó tranquilamente. Yo la observaba y sonreía cuando me miraba de reojo y apartaba la mirada sonriendo. Cuando acabó retiré la bandeja y bajé a la cocina a dejarla. Cogí la ropa ya seca de Marta y me dispuse a subírsela, pero a mitad de camino la encontré frente a mí, frotándose un ojo, con el pelo aún alborotado y con unas zapatillas de estar por casa que le había dejado, y me ofreció otra sonrisa cuando le brindé su ropa. Parecía una niña que se despertaba el día de reyes buscando sus regalos. Su cara me provocó una sensación paternalista. Quería abrazarla con fuerza. Me contuve. Suficiente había tenido con el abrazo de ocho horas que ella llamó dormir.

Ya se había cambiado de ropa, pero no lo hizo para irse, sino para no dar un mal estreno a su pijama manchándolo o algo por el estilo. Insistió en volver a jugar al parchís. Acepté de buena gana. Era un juego que mezclaba azar y estrategia, lo mejor para empezar el día.  Entre partida y partida aproveché para sutilmente saber cómo estaba tras dormir y olvidar el asunto. Me alegró saber que ya estaba mucho mejor. Durante la noche hubo un momento en el que me pareció que estaba asustada, temblaba e incluso me pareció atisbar un asomo de lágrima correr por su mejilla. En ese momento de la noche, instintivamente la abracé con más fuerza, apretando su mano, que descansaba sobre mi pecho. Acto seguido, dejó de temblar y entonces vi un asomo esta vez de sonrisa.

Partida tras partida Marta seguía ganando, mientras que yo gané como mucho dos partidas. Esto no podía importarme menos. El simple hecho de reírnos con cada chiste o trampa que alguno hacía era para mí como la “Champions”  del parchís. Pero una “Champions”  en la que ambos contendientes ganaban y en la que no había copa o trofeo alguno. Sólo diversión. Sólo risas. Era todo perfecto. Pero aún podía mejorar.

Llegó la hora de comer. Obviamente le ofrecí quedarse. No esperaba una respuesta afirmativa, pero así fue. Eso sí, con la pequeña conversación típica de estos momentos.

 - No, Diego, no quiero molestarte más.

 - Ya te he dicho que tú no molestas.

 - Gracias, pero quizá no tengas comida para los dos. Ya has hecho mucho por mí, de verdad.

 - Siempre puede ser más e insisto en que te quedes. La comida no es problema porque hay de sobra.

 - ¿Estás seguro? No tienes por qué ser tan cortés si con ello te vas a quedar sin comer.

 - Pero qué dices, mujer. Si no hubiera comida te lo diría, pero como hay te puedes quedar con total libertad.

 - Bueno, pero sólo porque insistes, que conste.

Puesto el mantel y colocados los cubiertos en la mesa sólo quedaba poner los platos con la comida. El menú: flamenquines con patatas fritas. Encendí la cocina y puse las sartenes (una para los flamenquines y otra para las patatas) al fuego. Marta me ayudó a freírlo todo y servirlo. Situados como en la cena empezamos a comer. Apuramos los platos y retiré los platos, insistiendo a Marta que no se levantara. A la vuelta traje el postre: una enorme fuente con  tarta de galletas y dos cucharas (estas últimas, aclaro, no eran para comérselas). Aunque no comimos mucho de la tarta, Marta me dijo que estaba riquísima. Esto me alagó mucho, pues la había hecho yo. No se lo dije. No surgió el momento.

A petición de mi querida invitada puse lo que ella no había visto de la peli, con la condición de que esta vez no se durmiera. Aceptó con una tímida carcajada.




   




Luchar, solo por ella...


Mis ojos te gritaban
mis manos te hablaban
mis cuerpo te cantaba
Y solo con verte, me brindabas

A un paso de la libertad
aun paso de no mirar atrás
de sentir que mi rosa
mantenga su aroma

Solo a un paso
de poderte amar
solo a un paso de dejar
todo el ansiar

Aun paso de ti
y solo será decir
que con una sonrisa
tu me haces feliz

Tan solo por no saber, que existía
esta ilusión tan anhelada
yo perdia con la ilusión
Y tu que te alejabas, sin notar
las ganas de seguir
enamorando el porvenir

Abrazandote con mi libertad
tú abrazas
el beso que me das
la caricia
que esta por llegar

El anillo de plata parte 2 Legado escondido


Capítulo II
Todo estaba muy confuso, hasta que el vigilante dijo a la policía que no había dado con el tipo extraño al que estaba siguiendo; eso explicaba porque no estaba en su puesto y porque llegó la policía tan rápido, él mismo los habría llamado, la policía simplemente  se dignó a preguntarnos si habíamos notado algo raro y si estábamos bien después de aquella escena , además aprovecharon para regañarnos por habernos saltado la verja. Minutos después nos dirigimos a la puerta nosotros solos, según los propios policías si no habíamos visto nada raro no tenían que incluirlo en el informe así se ahorrarían mucho papeleo,
Todos estábamos callados e impactados por tales acontecimientos, aunque yo solo podía pensar en las marcas de tiza y en el anillo con el extraño símbolo. Decidimos acompañar nuevamente a Rafa dando el rodeo al parque , evitando ver a los policías ya que era el camino más corto y no teníamos precisamente el cuerpo para dar más paseos .Cuando terminamos de rodear el parque cerca de la casa de rafa había un hombre conocido, sin duda era el hombre que vimos por la mañana y sin duda estaba vigilando una de las salidas del parque , tenía una bolsa de piel marrón en sus grandes manos y parecía rasgada . El hombre al ver a un par de policías acordonando el parque se puso pálido y  se marchó muy rápidamente sin darse cuenta de que su rasgada bolsa por desgracia había dejado caer una especie de sobre ; se montó en su coche y disimuladamente se marchó , inmediatamente recogí el sobre y acordé con mis amigos no decir nada de lo sucedido a los padres, sin mas nos despedimos y me dediqué a estudiar ambos objetos encontrados por la noche.
A la mañana siguiente Rafa , Juan Carlos , los demás tenían cosas que hacer en casa y vendrían mas tarde.
-          Analicemos los hechos de ayer , creo que he encontrado algo raro en todo lo que pasó
-          ¡Qué vamos a analizar, que lo haga la policía !
-          Al menos escuchemos a Sergio , ¿no?
-          Vale pero solo un momento
-          Bien, he recogido una serie de conclusiones he hipótesis sobre lo sucedido, en primer lugar analizaremos el anillo, bien, Rafa Juan Carlos decidme todo lo obvio de este anillo.
-          Sin duda es un anillo de plata – Dijo Juan Carlos
-          Y que podría pertenecer a alguna secta según el escudo- Añadió Rafa.
-          Correcto , pero yo he profundizado más, este anillo nos revela cuantiosa información, que con un análisis al más puro estilo de ``Sherlock ´´  sin duda nos encaminará a nuestra línea de investigación.
-          ¿Qué?
-          Permitidme que os ilumine. El anillo presenta un estado óptimo de conservación a pesar de la suciedad del otro día con el césped, esto está patente en que no presenta abolladuras y que tiene un brillo especial , por lo que se deduce que el anillo es pulido con frecuencia y por consiguiente que es un objeto valioso para su portador , la marca de sangre sin duda pertenecen al asesino del cura que recibiría un puñetazo en su mejilla izquierda , el anillo sin embargo aun teniendo un estado tan bueno de cuidado presenta marcas de tiempo en su parte interna la cual apenas se pule por que casi siempre está colocado en el dedo anular de su portador . En cuanto a lo de la secta…. No es un símbolo masónico o de ese estilo como en un primer principio pensé , sino que era el escudo de la corona de Felipe IV rey de España del Barroco . Sin duda fue un gran error por mi parte en ese primer instante teorizar sin datos, mal hábito que debería eliminar .  
-          ¿Has dormido algo esta noche? – Dijo Juan Carlos
-          Lo normal 6 horas
-          Yo diría que más de lo que suele – dijo Rafa
-          Claro que he dormido…., aunque en el escritorio por supuesto. Este anillo si es verdadero y a juzgar por el peso de la plata lo es, es un autentico anillo de la dinastía de los Austrias menores , perteneciente a su vez al emperador de España del pleno siglo XVII.
-          ¡Increible!
-          Eso no es todo, en el sobre hay una carta del mismísimo Felipe IV .
-          Sergio hay un pequeñísimo problema,
-          ¿Cuál?
-          ¡Está en castellano antiguo!
-          Rafa sabe castellano antiguo , recuerda que es buen traductor .
-          Vale ,yo haré luego algunas pruebas y determinaré la edad  en el laboratorio de mi casa .
-          ¿Desde cuándo tienes un laboratorio?
-          Desde que no supe controlar la cantidad de trinitrotolueno , y casi vuelo el salón de mi casa.
-          Vamos lo normal en un trabajo de campo del instituto.
-          Rafa , soy químico , si quisiera volar en pedazos mi casa , usaría napalm , aunque no tenga claro cómo conseguir ciertos ingredientes.
-          Muy instructivo profesor del mal , pero ahora vamos a lo que nos ocupa , ¿Rafa podrías traducirnos la carta?
-          Veamos , aquí pone lo siguiente:
Querido Don Luis Méndez de Haro , como primer ministro , y como amigo pido que lleves con total discreción al Santo Reino mi legado , como acordamos ya en lejanas conversaciones. Pido esta empresa a su persona desde lo más humilde de mi corazón para que solo sea encontrada por un verdadero español servidor de la corona y de su rey, en años venideros solo cuando esta inminente crisis del reino acabe, puesto que todos sabemos que las arcas del Estado están y seguirán vacías durante muchos años. Solo aquel de sangre noble que entienda este ritual podrá regocijarse con las riquezas dignas de un emperador como es mi persona , sin más dejo aquí el ritual.

Santo Reino, atemorizado por el monstruo de antaño, al que en el manantial fue ajusticiado , y sus restos secretamente en los alrededores enterrado, muestras en tus escamas ahora por mi gracia la segunda pista que acercará al buscador más cerca de mi legado , dejo en ti bajo el árbol con la marca de mi escudo en su tallo, inscrito en su parte más alta a 200 pasos al norte de la sagrada cruz de Fernando , sigue su plano y busca mi escudo , allí encontrarás mi futuro legado perdido.




martes, 30 de octubre de 2012

Vivir la vida


-¿Qué es la vida?
-Para unos un tránsito , para otros diversión y para mí poesía…
-¿Qué es poesía?
-Para unos belleza , dulzura, crítica, agonía…, para mí es el arte de entender la vida
-¿Qué es el arte?
- Es causa y efecto de nuestra pasión e inspiración , presente de noche y de día , para ti, para mí y para todos, porque en un mundo donde no hay arte no cabe la poesía, y por lo tanto ¿qué sentido tiene la vida?
¿Cuál es el sentido de la vida?
-Levantarse cada mañana, disfrutar de un libro, ver una película , enamorarse de una chica, vivir en familia , disfrutar de todo y de nada , saber que aunque estemos a veces solos no signifique  nada,  vivir para buscar la felicidad y compartirla con los demás, ayudar al que lo necesita, alejarse de la ignorancia…. Son algunas metas para disfrutar cada día y que sin duda nos acercan a entender la vida. 

El nuevo

Era una hora normal de literatura universal en nuestro instituto. Acabada la tarea del día empezamos cada uno a hacer lo que quería en el ordenador. Yo entré a este blog para comprobar los cambios que habían hecho mis compañeros. Entonces, David,  mi compañero de ordenador, se fijó en el blog y nos pidió colaborar. Nuestra primera reacción fue de extrañeza, porque David no parece un literato ni un refinado caballero. Después reaccionamos de una manera algo más positiva hacia su colaboración, al fin y al cabo, ¿quienes somos nosotros para poner trabas a la expresión literaria?

Como ya habréis visto, y si no lo habéis visto os aconsejo hacerlo, David ya ha subido su primer escrito.En mi caso particular he de reconocer que esperaba algo no muy "decoroso" por su parte, pero también diré que me ha sorprendido gratamente su trabajo. Sobre David tengo que decir que es una gran persona, en alma pero no en estatura, que es externamente muy frío, pero que en el fondo tiene algo y ese algo lo veréis aquí (al menos eso espero...). 

Esa primera reacción de todos nosotros es debida a que se suele encasillar a la gente por algunos actos puntuales. Puede que David sea como pensamos que es, pero también es como él no nos quiere mostrar abiertamente. Puedo decir que he tenido el privilegio de hablar con ese David privado y no es muy parecido al público. En el fondo todos somos así. Todos ocultamos algo sobre nosotros mismos. Todos creamos un falso yo que usamos como muralla contra las malas amistades. Pero ese muro tiene grietas y hay momentos en los que necesitas sacar al verdadero yo, porque la pura verdad siempre es más fuerte que las verdades a medias. Esas grietas no se abren solas, sino que se abren a través de buenos momentos, de diversión y de pequeños gestos que nos hacen confiar en esa persona, y por ello abrimos un agujero en el muro para hablar abiertamente, sin máscaras. 

Desde aquí os digo, desde mi humilde percepción (que no es muy práctica, sino más bien teórica), que no es malo ocultar la pura verdad tras verdades a medias, pero que tampoco es bueno encerrarse en esas verdades a medias. Si de todas las personas a las que tengo el orgullo de llamar amigos no hubiera conocido  lo que ocultaban de sí mismos, quizás no las llamaría "amigo/a", ni ellos a mí. Por ello os invito a agujerear esa muralla y a mostraros de vez en cuando por ese agujero cuando creáis que una persona lo merece. Quién sabe, puede que encontréis a un nuevo amigo o amiga, a un "hermano/a de distinta madre" o incluso puede que encontréis el amor...

*NOTA: que esta última oración no os confunda, David no es mi tipo y  prefiero que seamos sólo amigos (lo siento, David).*













Amor Hipocondríaco



Dejar a un lado el miedo a no poder
al que , aunque exahusto, imperdonable
por temer a cual represalia no querer
querer tenerlo para siempre  
pero dejarlo escapar al natural
por dar lo peor de lo que en verdad era esencial

Yo, soy joven, el tiempo lo dirá
pero se que esta historia, nunca acabará
y realmente jamas volverá
y quedara guardada aquí en mi corazón
como el recuerdo de la vida ,que no le pude dar.

jueves, 25 de octubre de 2012

Las 24 horas más dulces (1ª parte)



Sábado, 15 de Diciembre, ocho y cuarto de la noche. Era la primera vez en mi vida que estaba sólo en casa durante más de un día. Raro, lo sé. Pero en realidad me alegraba de que fuera entonces. A muchos niños los dejan solos en casa a temprana edad y experimentan ese “subidón” muy pronto, demasiado para ser realmente conscientes de la importancia de ello. Mis padres estaban en una boda en Madrid y estarían fuera dos días. Mi hermano estaría también dos días fuera, pues se había apuntado a una excursión a Sevilla.

Esto significaba para mí la confianza de mis padres en mí y la libertad que ello conlleva. Además de un placer de silencio por toda la casa. Cada vez que me quedaba solo en casa aprovechaba para leer en el salón, para mí un verdadero lujo (me conformo con poco).

Como decía antes, eran las ocho y cuarto, yo me encontraba en la calle. Era un día lluvioso. Adoro caminar bajo la lluvia, me despeja mucho. Iba ya de vuelta a casa, pasando cerca del parque me encontré a Marta, una compañera de clase. Estaba bajo un árbol, tenía una bolsa en la mano y parecía que toda la lluvia le hubiera caído a ella, estaba empapada y tenía las gafas llenas de gotas. Su cara mostraba incomodidad e indecisión, pero algo en su rostro se iluminó al verme. Me acerqué a ella y puede ver un atisbo de alivio asomando poco a poco en su cara. Pero algo no iba bien, y le pregunté:

 - ¿Pasa algo, Marta? No pareces muy bien, tienes mala cara. 

 - Diego, necesito un respiro, ¿puedo quedarme un rato contigo, si no es mucha molestia?

- Por supuesto,- dije, me pareció una idea bastante buena- tú nunca eres una molestia. Pero vamos a mi casa, ¿vale?, que tienes que estar congelada.- Y dicho esto, le ofrecí mi chaqueta insistentemente hasta que cedió.

- Muchas gracias, Diego.

- Las gracias a las monjas, Marta.

Le cedí el paso, abrí la puerta, subimos las escaleras, la conduje al salón y le ofrecí algo de cenar mientras cogía asiento en un sillón. Le preparé una tostada y una leche caliente. Cuando volví al salón tras preparar esto y con una toalla para que se secara el pelo, la expresión de incomodidad había desaparecido dejando en pleno el alivio iluminando su cara, las gotas ya no dificultaban ver sus ojos color miel, una leve sonrisa decoraba su ya de por sí bello rostro .Sin duda algo digno de las mismas musas griegas. Por si no os habéis dado cuenta, estoy enamorado de ella. Y la principal razón de ello son sus ojos melosos que miraban en tu alma y la endulzaban como si de miel se tratara.

Puse sobre la mesa la cena, le di la toalla y le brindé una enorme sonrisa a Marta, sin duda la sonrisa más sincera que recuerdo haber brindado. Ella respondió de igual manera y se secó el pelo. Cada segundo que pasaba hacía mejor el momento vivido. Tras tomar la cena en silencio, con alguna mirada furtiva seguida de una sonrisilla cómplice retiré los platos y, al volver al salón, me senté junto a ella para que me explicara qué le había pasado. Giró el sillón hacia mi posición y comenzó a relatar:

 “Estaba comprando un pijama de invierno, cuando vi a un chico de pinta extraña espiarme y seguirme a todos lados. No le di importancia hasta que le vi acercarse demasiado. No sabía qué quería ni quería saberlo. Apreté el paso y el hizo lo mismo, giré y zigzagueé cuanto pude, él, ídem. Me empezaba a poner nerviosa y él seguía detrás, casi corriendo. Choqué con algo y mi paraguas se rompió, me cortó en la mano, así que lo tiré y esprinté cuanto pude, pero el tipo me alcanzó y me asió del brazo, me llamo muñeca e, instintivamente, le di una patada para liberarme de él. Después corrí como nunca antes y sólo paré allí donde me encontraste porque allí me sentí por fin a salvo, más o menos.”

Intenté no parecer muy impactado, aunque lo estuviera, pues mientras narraba veía asomar de nuevo el miedo en su cara. No sé por qué lo hice pero, sólo se me ocurrió abrazarla y pedirle tranquilidad. No noté rechazo, ella también me apretó entre sus brazos. Lo necesitaba. Fue un momento intenso, pero efímero.

Tras este momento de fraternidad y amistad, un corto silencio. Después decidí hacer algo para que olvidara el asunto, como yo siempre digo “en mí no busques un hombro donde llorar cuando pueda ser una persona con la que divertirse y olvidar. Y aunque me cueste ir hasta la misma China andando para que olvides, lo haré antes que verte llorar” (con esto me refiero a cosas con solución). Así pues, saqué el parchís.

Una hora más tarde, justo antes de que me ganara por cuarta vez, decidimos dejarlo. Ya era tarde y pensé que querría volver a casa. Cuan sorpresa me llevé al decirme ella que estaba en una situación parecida a la mía y que no había nadie en su casa. Como su mirada me sugería, Marta no quería dormir sola esa noche, aunque hubiera olvidado un rato el asunto. Le ofrecí quedarse y le pareció bien, a mí me pareció estupendo.

Eran las diez y cuarto. Propuse ver una película y la idea fue bien recibida por mi querida huésped. Marta se había cambiado de ropa y la había dejado secar en una silla. Así pues, estaba en pijama, sentada en el sofá, arropada y lista para ver la película. Me senté junto a ella.

Ya casi había acabado la peli para mí, pero para Marta había acabado media hora antes. Sí, se había dormido. Sobre mi hombro. Y, aunque muy poco, babeaba. A mí me daba igual. Al menos consiguió dormirse. Pero me enfrentaba al problema de subirla sin que se despertara. No quería estropear la bella imagen que era verla dormir. Muy despacio la levanté y la subí a mi cuarto, yo dormiría en el de mi hermano. Le di un beso en la frente y susurré “buenas noches”. Al girarme e intentar cerrar, oí que su voz me llamaba.



domingo, 21 de octubre de 2012

El anillo de plata


Capítulo I
Era otro día corriente de clase , y me hallaba yo con mis compañeros adormilado con los libros. Era normal en esos días calurosos de principio de curso encontrarse en tal estado, la luz de la ventana incidía en las mesas que brillaban tanto que deslumbraban la vista. En ese momento decidí empezar una conversación para matar el tiempo, eso si algo aburrida.
-¿Cuándo vendrá el profesor?
-No lo sé Sergio
-¿Y Rafa?
-Con los cascos puestos.
-¿ Y Alfonso?
- Dormido  como siempre, ¿No ves que tiene examen de inglés?
-Cierto, raro es que no que Juan Carlos no le haya intentado quemar los pantalones mientras esta frito.
Esa mañana que vivimos tan tranquilamente pronto sería perturbada por un suceso que impactaría sobre el resto de nuestras vidas. Para describir rápidamente los personajes diré lo más característico de cada uno.
Juan Carlos era buen estudiante de química aunque algo perezoso , su especialidad era hacer reacciones algo por no decir bastante volátiles , mientras que también tenía un gusto casi de profesor del crimen en hacer bromas. Sí Juan Carlos era ese típico amigo que cuando te despistas de mete una guindilla en el almuerzo y acabas corriendo como alma que lleva al diablo al lavabo con el fin de no morir del ardor, o también el típico que dispara una escopeta de aire comprimido sin saber si está cargada contra la ventana por accidente y a veces una ballesta pero esas veces no era tan accidentalmente…Bueno el caso para evitar que Juan Carlos no destrozase algo era alejarle del fuego y de cualquier cosa que pudiese ser un arma.
Rafael era el más moderado de todos , tenía gran pasión por la lectura y sin duda alguna más cultura que la mitad de niños ricos de colegios privados. Era una persona sociable y compartía muchas de las ideas de Alfonso y yo contra la gente que hace apología de la estupidez. Si Juan Carlos era el peligroso sin dudad Rafa era el que le moderaba. Muchos de de sus gustos literarios serían de ayuda en los diferentes episodios de nuestra vida como asesoramiento.
Alfonso era más excéntrico y sin duda tenía muchas manías en común conmigo, tenía una tendencia narcisista pero en el fondo era buena persona , él mismo sabía que los idiotas que hoy en nuestra sociedad se hacen llamar ``malotes´´ no eran sino gente ignorante y eso le hacía compadecerse de ellos. También le gustaba notablemente la literatura y muchas veces era víctima de las bromas de Juan Carlos aunque quien no lo sería. También destaco sus conocimientos en materias que nada tenían que ver con lo que se enseña en la escuela.
En cuanto a mí simplemente diré lo que piensan de mí. Excéntrico , reservado , y con gran gusto por la filosofía y la deducción, por consiguiente fan del método de Sherlock Holmes del escritor Conan Doyle .
Sin describir más personajes me dirijo  hacia los lectores con esta primera y peculiar historia.
Tras una conversación de lo más didáctica sobre si cierto profesor de matemáticas era descendiente del ``Profesor Moriarty´´ con su maléfico don de gastarnos bromas sobre nuestros vagos conocimientos en la trigonometría. Ese día nadie salía de las áulas , había venido un obispo de cierto renombre aquí en Andalucía , importante benefactor del seminario de aquí mismo, dirigía la diócesis de Jaén. Tras echar un vistazo a las instalaciones y hablar con el director decidió dar un paseo por algunas aulas. La idea que el obispo tenía no era otra sino intentar conseguir que la gente se acercase mas a Dios o al menos esa era su idea. Más tarde se me cruzó cara a cara en el pasillo de camino mientras iba a por tiza para la clase de química. Me hizo una mueca de desprecio y siguió su camino. Pude apreciar en su mano un anillo con un extraño símbolo que me recordó al símbolo masónico o incluso al de los iluminados. Pensé que sería otro hombre del clero con dinero que se creía superior a todos.
Más tarde cuando nos disponíamos a salir vimos a lo lejos al obispo y otro hombre que llevaba una ropa un tanto extraña, era alto y de aspecto sombrío , vestía un polo verde con unos vaqueros azules, lo que lo hacía raro era el hecho de que llevaba un abrigo haciendo tanto calor, parecía estar discutiendo con el obispo seriamente , como mi natural curiosidad y preocupación por este tipo de sucesos me acerqué con motivo de saber si había que intervenir , asique me escondí en unos árboles con sigilo mientras mis compañeros se quedaban hablando en un banco cercano. No pude escuchar gran cosa , solo distinguí un pequeño fragmento de la conversación.
-Esta noche a las 23 00 en el parque del seminario .
- De acuerdo pero solo nosotros dos sin nadie más.
- Tenemos que zanjar esto de una vez por todas.
-Te lo daré , pero después de eso no vuelvas a buscarme nunca más .
- En cuanto lo tenga no sabrás más de mi.
Tras oír esas últimas palabras marcharon cada uno en su propio coche. Yo por mi parte no me metería en tal situación no era de mi incumbencia , asique me limité a quedar con mis amigos. Llegada la noche decidimos acompañar a Rafa que casualmente vivía cerca del parque citado. Serían alrededor de las 23 17 minutos y la zona estaba muy calmada , parecía que no había nadie , puesto que en si mismo el parque estaba cerrado y dudaba que se hubiesen saltado la verja par hablar . Era algo oscuro pero de pronto ví algo que brillaba , posiblemente sería un cristal pero algo me dio mala espina. Salté la verja y me acerqué cuando encontré algo que me llamó la atención. Era el anillo del obispo, ¿ Pero cómo es que estaba allí mismo?, era evidente que algo había pasado porque encontré el anillo algo magullado y con un poco de sangre. Llamé a mis compañeros los cuales me ayudaron a revisar el parque. No había nadie vigilándolo eso era extraño a esa hora . Tras unos metros más adelante  encontramos el cuerpo sin vida del obispo. Le tomé el pulso y no noté nada.
En ese momento algo dentro de nosotros cambió. Estábamos horrorizados e incluso algo asustados de lo que pudo haber pasado. Mientras los otros llamaban a la policía, le hice unas fotos al lugar e incluso examiné el cuerpo con cuidado de no tocar nada. Tan solo había en el espuma en sus labios , algunas marcas y manchas de tiza en las solapas de su ropa no en la parte superior sino en la inferior, algo bastante extraño . a unos pocos pasos aprecié 2 tipos de huellas en el césped. Unas era de suela lisa como de zapatos desgastados y otra de botas . Aproximadamente serían un 43 y un 42 . en pocos segundos llego la policía, todos estábamos confusos, ¿ Cómo demonios habían llegado tan rápido?
Con ellos llegó el guardia que debería vigilar el parque.  Todo pasó muy rápido y nos encontramos en una situación bastante comprometida en aquel momento.