miércoles, 21 de noviembre de 2012

El telar de la vida


Pasajero oscuro que rondas en las tinieblas de la noche, que suspiras a mis espaldas y conspiras contra mi conciencia mientras te deleitas con mi locura. Tú que gozas de mis dudas, tú que alimentas mi ira, mi ignorancia y mi sed de venganza. Tú que en mis sueños apareces y me arrastras al rincón más  oscuro del alma. Tú que te haces llamar amigo me has costado mi vida mientras me susurras y me pides que te deje salir una vez más para volver a acabar con todo .¿Cómo te atreves a intentarlo?
 No, esta vez no, ya no volverás a engañarme porque esta vez no seré tu presa, ni tu títere. Esta vez serás tú mi marioneta, y yo el titiritero que controla tus pasos y mueve los hilos de mi propia vida, porque ha si ha de serlo, ha si ha sido escrito no por el destino ni la fortuna, sino porque yo soy el arquitecto de toda esta estructura, dueño de mi propia voluntad y no de los sentimientos de la ira, ni de cualquier dogmatismo, pues todo es un telar y nosotros somos tejedores de el complejo tapiz que es la vida. 

corvus parte 1


Aquella noche lúgubre, mientras me deleitaba con un amargo relato, mis remordimientos y mi conciencia, envenenaban mi mente, suavemente sentí una sombra fría y tenebrosa. Me di la vuelta y no vi a nadie, volví mi vista a la lectura. Con cierto temor bajo la cara y con el orgullo perdido en la lejanía. A los pocos segundos algo golpeó mi ventana, me asomé para comprobar si de verdad alguien me rondaba. Abrí la ventana y asomé mi vista hacia la penumbra de la calle. Las gotas de la lluvia martillaban el suelo como mis recuerdos a mi alma. 

Dulce agonía, recuerdo condenado al dolor y a la muerte de mi alma en penitencia , para siempre fría , eternamente fragmentada de dolor y para el resto de mis días… tres fueron los golpes que oí nuevamente en la ventana, y mientras me intenté esconder tras el sillón asustado y aterrado, algo nuevamente golpeaba mi ventana . No sé quien sería, pues la ventana a ras del suelo oscura escondía tras la cortina, al extraño inclino que pronto aparecería
Nuevamente aterrado volví mi vista a la calle y mientras me daba la vuelta apareció una extraña criatura. Majestuosa y sombría posada en el retrato de mi difunta amada, primero sonreí por temer tal criatura alada  que ahora posa sobre el retrato de mi amada. 
El cuervo posado con sus negras alas y pico afilado se quedó mirándome y con cara burlona graznó -jamás volverá. Para mi asombro esa bella ave de aspecto tenebroso podía hablar, y yo ingenuamente pensé que sería un ave amaestrada, la miré y le respondí. – ¿jamás volverá quién? Y el ave me respondió – la dama que en tus días y noches te acompañó, y que en tus sueños ahora nada perdida y sin vida, ahogándote con pena y culpa de su pérdida y que nunca más volverás a ver porque no volverá nunca jamás. Caído de mi sitio por el asombro de observar tal criatura le respondí temeroso – Cruel criatura o demonio ¿Cómo osas perturbar la calma de mi alma? Yo te imploró que salgas de mi habitación y vuelvas a fundirte con la oscura noche para no volver a verte nunca más. A lo que el ave me respondió. –No volverá jamás.
 Furioso y asustado miré los negros ojos del pájaro, que seguía posado en el dulce retrato de la persona que más he amado. El pájaro inmóvil y estático me miraba con tono burlesco y con cara endemoniada, batió las alas y me dijo – la culpa te seguirá en muerte y vida , en la oscuridad y en la claridad del día , yo castigaré y atormentaré tu alma con el fin de hacerla mía. Y yo le respondí.-Diablo con alas, tú que me atormentas esta noche volarás y al amanecer no serás más que otra pesadilla. Y el diablo alado me dijo – Jamás.
 Yo no sabía si era realidad o fantasía, lo que si sabía era que ninguna pesadilla podría atormentarme tanto como para desear la muerte en vida para no sentir ni dolor ni alegría solo vacía, silencio y calma. El cuervo rió y dijo - Se lo que piensas pues todo lo que imagines o digas ya se me ha pasado por la cabeza , y mi respuesta a tu modesto pensamiento es que todo es realidad y no fantasía, y el dolor te seguirá toda la eternidad tanto en muerte como en vida , no podrás olvidar ni su dolor ni el tuyo pues ahora que lo sabes todo tu alma es mía y la llenaré de dolor simplemente por agrado mío con el que me deleitaré por siempre jamás.



lunes, 5 de noviembre de 2012

Vorágine


Es hora de una revolución
un conflicto de valores
una reticente resolución
aceptada, como parte de tu ser
¿Vanidad, el deseo de un gran final?


Dispón tus reglas,¡Rapidez!
sé irracional, sigue tu propio dogma
atosigada por el trauma de vivir sólo una vez
agitar, cambiar, protestar
cada existencia resuena con gran eco


Es hora de una revolución
al ritmo de una incasable voluntad
la más fuerte conmoción
es mi deseo pues todo
la reverberación de mis latidos va a truncar


¡Siéntelo!
Miedo, la dificultad, por supuesto
gánatelo
aún tienes que luchar
el mañana que ansías no acudirá por sí


Es hora de una revolución
una icónica personalidad
una delicada y fuerte canción
una libertad iluminadora y envidiada
emplea el método que se antoje necesario


¿Qué sentimiento acato?
Melancolía, eres regresión triste
desfachatez de autocompasión
¡No necesito de esto!
mi irrevocable tarea conlleva una felicidad, un destino mucho mayor


Es hora de una revolución
vais bien, pues ¡Paradoja!
no hay mejor sentido que la razón
venid, seguid esta inmensa marcha
no sois los primeros ni los últimos
solitarios en pos de un ideal

domingo, 4 de noviembre de 2012

las 24h más dulces (2ª parte)


  - Diego, ¿a dónde vas?

  - A la cama, ya es hora.

  - Pero, esta es tu habitación, ¿no?

  - Sí, lo es. Pero no te voy a hacer dormir en el cuarto de mi hermano, mi cama es más cómoda.

  - ¿Sería muy extraño si durmiéramos juntos?

  - ¿Sigues teniendo miedo?

  - Un poco, además tengo mucho frío.

  - Pero yo me muevo y hablo en sueños.

  - Tranquilo, si me molestas te echo de una patada.

  - ¡Anda! Nos ha salido graciosa la niña. Pues entonces duermes abrazada a la almohada. Adiós.

  - Espera. Si te pones así procuraré comportarme- y sonrió de forma dulce, se veía que realmente necesitaba compañía.

  - Está bien. Pero procura no darme patadas, ¿de acuerdo?

  - Es sólo si te mueves, jolín.

  - Ya, ya, así tratas tú a quien te da hospedaje...

Tras un intercambio de sonrisas, y después de recoger un poco el salón que le hacía falta, volví a mi habitación y, no sin cierto nerviosismo, me metí en la cama. Muchos otros hubieran deseado con toda su alma algo así, mas a mí me parecía muy violento. A ella también, pero el pánico había tomado el control y sólo buscaba a alguien que le diera seguridad. En ningún momento se me ocurrió intentar nada, absolutamente nada. Sólo me tumbé, puse mi brazo en la almohada y Marta me abrazó. Su cabeza descansaba en mi hombro. Su mano derecha reposaba encima de mi pecho. Era como un espejismo de amor, tan frágil que tenía miedo de moverme por si se volatilizaba en la noche sin dejar rastro. 

No moví ni un músculo, no hablé en sueños. La razón de esto: no dormí. Durante horas sólo contemplé su rostro durmiente con la luz de luna que entraba por la ventana. Ni un solo pensamiento en mi mente. Sólo su rostro, la Luna y el compás de su respiración sosegada. Para mí fue mejor que cien horas de sueño. Parecía estar soñando despierto. Aunque fuera un sueño incomodo era un sueño bello. Pasé mis dedos por su pelo, que aún seguía algo húmedo, y lo retiré de su cara, pues se le había resbalado por la mejilla y parecía molestarle. Así toda la noche. Así hasta las ocho y media, cuando decidí bajar a ducharme y desayunar, mi rutina de los domingos. Una ducha rápida y a la cocina. Como un buen anfitrión le preparé a Marta el desayuno también. Tostadas de pan de molde, mantequilla, mermelada y zumo de naranja. Lo puse todo en una bandeja y lo subí a mi cuarto. Marta seguía en los brazos de Morfeo. Ahora su rostro era iluminado por los primeros rayos de Sol en aquella mañana tan bella. Aunque estaba muy nublado y el Sol asomaba tímidamente por un hueco de las nubes. Era como un foco celestial iluminando su carita de ángel.  

Sin embargo, por muy bonita que fuera la imagen, tenía que despertarla. No sabía cómo hacerlo sin ser brusco. Normalmente no despierto a gente, y cuando lo hago es de una colleja o un grito. Sí, así de delicado soy. Obviamente no iba a hacer eso. Las tostadas se enfriaban. No me decidía. Mi reloj dio con la solución. El pitido que marcaba las nueve la despertó sin necesidad de mis “cariñosos métodos”. Con el pelo algo enmarañado y bostezando abrió los ojos mientras se estiraba. Le di los buenos días, ella hizo lo propio y le tendí la bandeja. Se sonrojó un poco y me dio las gracias con una sonrisilla tímida. En el fondo yo estaba igual que ella o peor, pero procuraba no mostrarlo mucho, como siempre hacía.


Con la bandeja encima de sus piernas y con ese medroso rayo de Sol iluminándolo todo, Marta desayunó tranquilamente. Yo la observaba y sonreía cuando me miraba de reojo y apartaba la mirada sonriendo. Cuando acabó retiré la bandeja y bajé a la cocina a dejarla. Cogí la ropa ya seca de Marta y me dispuse a subírsela, pero a mitad de camino la encontré frente a mí, frotándose un ojo, con el pelo aún alborotado y con unas zapatillas de estar por casa que le había dejado, y me ofreció otra sonrisa cuando le brindé su ropa. Parecía una niña que se despertaba el día de reyes buscando sus regalos. Su cara me provocó una sensación paternalista. Quería abrazarla con fuerza. Me contuve. Suficiente había tenido con el abrazo de ocho horas que ella llamó dormir.

Ya se había cambiado de ropa, pero no lo hizo para irse, sino para no dar un mal estreno a su pijama manchándolo o algo por el estilo. Insistió en volver a jugar al parchís. Acepté de buena gana. Era un juego que mezclaba azar y estrategia, lo mejor para empezar el día.  Entre partida y partida aproveché para sutilmente saber cómo estaba tras dormir y olvidar el asunto. Me alegró saber que ya estaba mucho mejor. Durante la noche hubo un momento en el que me pareció que estaba asustada, temblaba e incluso me pareció atisbar un asomo de lágrima correr por su mejilla. En ese momento de la noche, instintivamente la abracé con más fuerza, apretando su mano, que descansaba sobre mi pecho. Acto seguido, dejó de temblar y entonces vi un asomo esta vez de sonrisa.

Partida tras partida Marta seguía ganando, mientras que yo gané como mucho dos partidas. Esto no podía importarme menos. El simple hecho de reírnos con cada chiste o trampa que alguno hacía era para mí como la “Champions”  del parchís. Pero una “Champions”  en la que ambos contendientes ganaban y en la que no había copa o trofeo alguno. Sólo diversión. Sólo risas. Era todo perfecto. Pero aún podía mejorar.

Llegó la hora de comer. Obviamente le ofrecí quedarse. No esperaba una respuesta afirmativa, pero así fue. Eso sí, con la pequeña conversación típica de estos momentos.

 - No, Diego, no quiero molestarte más.

 - Ya te he dicho que tú no molestas.

 - Gracias, pero quizá no tengas comida para los dos. Ya has hecho mucho por mí, de verdad.

 - Siempre puede ser más e insisto en que te quedes. La comida no es problema porque hay de sobra.

 - ¿Estás seguro? No tienes por qué ser tan cortés si con ello te vas a quedar sin comer.

 - Pero qué dices, mujer. Si no hubiera comida te lo diría, pero como hay te puedes quedar con total libertad.

 - Bueno, pero sólo porque insistes, que conste.

Puesto el mantel y colocados los cubiertos en la mesa sólo quedaba poner los platos con la comida. El menú: flamenquines con patatas fritas. Encendí la cocina y puse las sartenes (una para los flamenquines y otra para las patatas) al fuego. Marta me ayudó a freírlo todo y servirlo. Situados como en la cena empezamos a comer. Apuramos los platos y retiré los platos, insistiendo a Marta que no se levantara. A la vuelta traje el postre: una enorme fuente con  tarta de galletas y dos cucharas (estas últimas, aclaro, no eran para comérselas). Aunque no comimos mucho de la tarta, Marta me dijo que estaba riquísima. Esto me alagó mucho, pues la había hecho yo. No se lo dije. No surgió el momento.

A petición de mi querida invitada puse lo que ella no había visto de la peli, con la condición de que esta vez no se durmiera. Aceptó con una tímida carcajada.




   




Luchar, solo por ella...


Mis ojos te gritaban
mis manos te hablaban
mis cuerpo te cantaba
Y solo con verte, me brindabas

A un paso de la libertad
aun paso de no mirar atrás
de sentir que mi rosa
mantenga su aroma

Solo a un paso
de poderte amar
solo a un paso de dejar
todo el ansiar

Aun paso de ti
y solo será decir
que con una sonrisa
tu me haces feliz

Tan solo por no saber, que existía
esta ilusión tan anhelada
yo perdia con la ilusión
Y tu que te alejabas, sin notar
las ganas de seguir
enamorando el porvenir

Abrazandote con mi libertad
tú abrazas
el beso que me das
la caricia
que esta por llegar

El anillo de plata parte 2 Legado escondido


Capítulo II
Todo estaba muy confuso, hasta que el vigilante dijo a la policía que no había dado con el tipo extraño al que estaba siguiendo; eso explicaba porque no estaba en su puesto y porque llegó la policía tan rápido, él mismo los habría llamado, la policía simplemente  se dignó a preguntarnos si habíamos notado algo raro y si estábamos bien después de aquella escena , además aprovecharon para regañarnos por habernos saltado la verja. Minutos después nos dirigimos a la puerta nosotros solos, según los propios policías si no habíamos visto nada raro no tenían que incluirlo en el informe así se ahorrarían mucho papeleo,
Todos estábamos callados e impactados por tales acontecimientos, aunque yo solo podía pensar en las marcas de tiza y en el anillo con el extraño símbolo. Decidimos acompañar nuevamente a Rafa dando el rodeo al parque , evitando ver a los policías ya que era el camino más corto y no teníamos precisamente el cuerpo para dar más paseos .Cuando terminamos de rodear el parque cerca de la casa de rafa había un hombre conocido, sin duda era el hombre que vimos por la mañana y sin duda estaba vigilando una de las salidas del parque , tenía una bolsa de piel marrón en sus grandes manos y parecía rasgada . El hombre al ver a un par de policías acordonando el parque se puso pálido y  se marchó muy rápidamente sin darse cuenta de que su rasgada bolsa por desgracia había dejado caer una especie de sobre ; se montó en su coche y disimuladamente se marchó , inmediatamente recogí el sobre y acordé con mis amigos no decir nada de lo sucedido a los padres, sin mas nos despedimos y me dediqué a estudiar ambos objetos encontrados por la noche.
A la mañana siguiente Rafa , Juan Carlos , los demás tenían cosas que hacer en casa y vendrían mas tarde.
-          Analicemos los hechos de ayer , creo que he encontrado algo raro en todo lo que pasó
-          ¡Qué vamos a analizar, que lo haga la policía !
-          Al menos escuchemos a Sergio , ¿no?
-          Vale pero solo un momento
-          Bien, he recogido una serie de conclusiones he hipótesis sobre lo sucedido, en primer lugar analizaremos el anillo, bien, Rafa Juan Carlos decidme todo lo obvio de este anillo.
-          Sin duda es un anillo de plata – Dijo Juan Carlos
-          Y que podría pertenecer a alguna secta según el escudo- Añadió Rafa.
-          Correcto , pero yo he profundizado más, este anillo nos revela cuantiosa información, que con un análisis al más puro estilo de ``Sherlock ´´  sin duda nos encaminará a nuestra línea de investigación.
-          ¿Qué?
-          Permitidme que os ilumine. El anillo presenta un estado óptimo de conservación a pesar de la suciedad del otro día con el césped, esto está patente en que no presenta abolladuras y que tiene un brillo especial , por lo que se deduce que el anillo es pulido con frecuencia y por consiguiente que es un objeto valioso para su portador , la marca de sangre sin duda pertenecen al asesino del cura que recibiría un puñetazo en su mejilla izquierda , el anillo sin embargo aun teniendo un estado tan bueno de cuidado presenta marcas de tiempo en su parte interna la cual apenas se pule por que casi siempre está colocado en el dedo anular de su portador . En cuanto a lo de la secta…. No es un símbolo masónico o de ese estilo como en un primer principio pensé , sino que era el escudo de la corona de Felipe IV rey de España del Barroco . Sin duda fue un gran error por mi parte en ese primer instante teorizar sin datos, mal hábito que debería eliminar .  
-          ¿Has dormido algo esta noche? – Dijo Juan Carlos
-          Lo normal 6 horas
-          Yo diría que más de lo que suele – dijo Rafa
-          Claro que he dormido…., aunque en el escritorio por supuesto. Este anillo si es verdadero y a juzgar por el peso de la plata lo es, es un autentico anillo de la dinastía de los Austrias menores , perteneciente a su vez al emperador de España del pleno siglo XVII.
-          ¡Increible!
-          Eso no es todo, en el sobre hay una carta del mismísimo Felipe IV .
-          Sergio hay un pequeñísimo problema,
-          ¿Cuál?
-          ¡Está en castellano antiguo!
-          Rafa sabe castellano antiguo , recuerda que es buen traductor .
-          Vale ,yo haré luego algunas pruebas y determinaré la edad  en el laboratorio de mi casa .
-          ¿Desde cuándo tienes un laboratorio?
-          Desde que no supe controlar la cantidad de trinitrotolueno , y casi vuelo el salón de mi casa.
-          Vamos lo normal en un trabajo de campo del instituto.
-          Rafa , soy químico , si quisiera volar en pedazos mi casa , usaría napalm , aunque no tenga claro cómo conseguir ciertos ingredientes.
-          Muy instructivo profesor del mal , pero ahora vamos a lo que nos ocupa , ¿Rafa podrías traducirnos la carta?
-          Veamos , aquí pone lo siguiente:
Querido Don Luis Méndez de Haro , como primer ministro , y como amigo pido que lleves con total discreción al Santo Reino mi legado , como acordamos ya en lejanas conversaciones. Pido esta empresa a su persona desde lo más humilde de mi corazón para que solo sea encontrada por un verdadero español servidor de la corona y de su rey, en años venideros solo cuando esta inminente crisis del reino acabe, puesto que todos sabemos que las arcas del Estado están y seguirán vacías durante muchos años. Solo aquel de sangre noble que entienda este ritual podrá regocijarse con las riquezas dignas de un emperador como es mi persona , sin más dejo aquí el ritual.

Santo Reino, atemorizado por el monstruo de antaño, al que en el manantial fue ajusticiado , y sus restos secretamente en los alrededores enterrado, muestras en tus escamas ahora por mi gracia la segunda pista que acercará al buscador más cerca de mi legado , dejo en ti bajo el árbol con la marca de mi escudo en su tallo, inscrito en su parte más alta a 200 pasos al norte de la sagrada cruz de Fernando , sigue su plano y busca mi escudo , allí encontrarás mi futuro legado perdido.