viernes, 23 de marzo de 2018

Lluvia tras sequía.


Este erial de silencios,
Esta hoja en blanco,
Me ha atormentado durante meses,
Me ha desafiado y ganado.


La tierra que representa me aplasta
El agricultor que soy, se rinde.


Tras tantos días sin nubes en su cielo,
Un grupo de ovejas flotantes,
Un grupo de nimbos sobrevuelan mi cabeza.


Y miro al cielo, a sus barbas blancas y grises
Y el cielo me mira, llorando su alegría.
Florece el verbo,
Florece negro sobre blanco.


El fruto me mira.
Sale tímido,
Sale esquelético.
Pero sale a mirarme,
Sale a pedirme cuidados,


Mucho tiempo descuidé este campo,
Esperando que la lluvia me ayudara.
Mucho tiempo excusándome en ello,
Ahora me acusa de no cultivarlo.


Perdí la práctica,
Por ello el fruto no es abundante.
Perdí la paciencia,
Por ello ahora debo recuperarla.


Intentaré volver a la tarea.
Me esmeraré el doble.
El fruto debe crecer.
El campo blanco no volverá.


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